Brasil responde sobre las críticas francesas al Acuerdo Mercosur-UE mientras Argentina aún no toma una postura clara – Lic. Eugenio Marí

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El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil emitió un comunicado tajante en respuesta a las críticas del gobierno francés sobre los impactos ambientales que tendría la entrada en vigor del Acuerdo Mercosur-Unión Europea. Según Itamaraty “la no entrada en vigor del Acuerdo enviaría un mensaje negativo y establecería un claro desincentivo a los esfuerzos del país por fortalecer aún más su legislación ambiental”.

Esta es la respuesta oficial brasileña ante la reciente publicación del informe “Disposiciones y efectos potenciales de la sección comercial del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Mercosur sobre el desarrollo sostenible”, publicado por el gobierno francés.

El argumento central del documento europeo es el siguiente: (i) el Acuerdo conduciría a un aumento significativo de las exportaciones agrícolas y de carne vacuna de los países del Mercosur a la UE; (ii) la necesaria expansión de la producción para generar esta oferta exportable conduciría a un aumento de la deforestación en los países del Mercosur, en especial en Brasil; (iii) en consecuencia, la entrada en vigor del Acuerdo generaría un incremento significativo de la deforestación y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Los estándares ambientales y el manejo de la amazonia han sido un foco de tensión entre la UE y Brasil en los últimos meses y se han posicionado como el principal escollo político para poder avanzar en la firma y ratificación del Acuerdo birregional. Hay que mencionar que a las críticas francesas también se sumaron dichos de la Canciller alemana y otros líderes europeos, junto a una fuerte presión del lobby agrícola europeo.

Ante este escenario, el Ejecutivo brasileño decidió dar una respuesta oficial contundente. En un extenso comunicado Itamaraty expresó que “el informe de la comisión evaluadora del gobierno francés revela las verdaderas preocupaciones proteccionistas de quienes lo encargaron”. También destacó que:

● El Acuerdo no representa ninguna amenaza para el medio ambiente, la salud humana y los derechos sociales. Por el contrario, refuerza los compromisos multilaterales y agrega las mejores prácticas en materia ambiental.

● El Acuerdo Mercosur-UE incorpora un capítulo sobre Desarrollo Sostenible e incluye actividades de cooperación técnica para la preservación de la biodiversidad, manejo de bosques nativos, pesca y la vida animal, además de altos estándares de protección de las condiciones de trabajo, en línea con los objetivos de la Agenda 2030.

●  Brasil ya ha demostrado que puede aumentar su producción de carne, soja y maíz, entre otros productos, mientras reduce la deforestación. De 2004 a 2012, la deforestación en la región denominada Amazonia Legal cayó un 83%, mientras que la producción agrícola aumentó un 61%. Estos datos son parte de una tendencia histórica de intensificación de la agricultura brasileña y las ganancias de productividad resultantes, en línea con la preservación ambiental.

● En el marco del estudio de impacto requerido por la Comisión Europea, la London School of Economics (LSE) concluyó que el impacto resultante del Acuerdo Mercosur-UE sobre los gases de efecto invernadero es insignificante.

● Finalmente, también es necesario tener en cuenta que el Acuerdo establece contingentes arancelarios para un importante número de bienes agrícolas, incluyendo la carne bovina, y que el sistema brasileño de trazabilidad de las exportaciones de carne vacuna a la UE ya está en plena vigencia. Esto significa que las exportaciones de carne de Brasil al bloque europeo ya deben cumplir con la normativa comunitaria, incluso sin la entrada en vigor del Acuerdo.

De esta forma, el gobierno brasileño se ha posicionado en 2 grandes ejes. Primero, ha establecido una postura firme ante las críticas europeas, asociándolas con el lobby proteccionista y con aquellos sectores que han rechazado desde el primer momento el acuerdo birregional. Por otro lado, propuso el camino para trabajar de manera conjunta y avanzar realmente en una agenda ambiental multilateral: la entrada en vigor del Acuerdo Mercosur-UE. Con esto, Brasil parece estar intentando separar lo sustantivo de lo circunstancial, dando una señal clara hacia la comunidad europea.

Si bien resta ver cuál será la reacción de los países de la UE, también es necesario mirar el Mercosur hacia adentro. Mientras la tríada Brasil-Paraguay-Uruguay han dado señales claras en defensa del Acuerdo, Argentina ha mostrado sus reticencias.

Esta postura ambigua se ha visto en las recientes declaraciones de Mariano Kestelboim, embajador argentino ante el Mercosur y la ALADI. Según él, “desde el punto de vista del gobierno argentino, el acuerdo tiene falencias muy importantes”. Sin embargo, al mismo tiempo aclaró que “la posición del oficialismo es dar el debate en el Congreso”, es decir, dando por hecho que el Ejecutivo acompañará la firma del Acuerdo y lo enviará al Congreso para su trámite legislativo.

La creciente debilidad exportadora y las expectativas negativas que enfrenta Argentina obligan a tomar medidas contundentes. Anunciar un apoyo estricto al Acuerdo Mercosur-UE daría una señal clara en favor del comercio y la exportación, lo que tendría un doble impacto. A nivel interno ayudaría a eliminar las dudas que existen sobre una posible radicalización hacia un mayor proteccionismo. A nivel internacional contribuiría a revitalizar la agenda de cooperación del Mercosur, tan golpeada por los choques políticos entre los presidentes de Argentina y Brasil.

Ambas cuestiones son importantes para empezar a dar una plataforma de certidumbre a las empresas exportadoras argentinas. Es solo con previsibilidad y reglas claras que estas canalizarán las inversiones necesarias para mejorar su producción, aumentar las exportaciones y liderar la recuperación productiva nacional.

 

Lic. Eugenio Marí

Profesor de Economía Internacional UCEMA

Octubre 2.020