El protocolo ya pasó, a Brasil fuimos a vender
Recién arribada del país vecino y lista para viajar esta semana a Angola, Beatriz Paglieri analizó los resultados de la misión a San Pablo. Destacó acuerdos en medicamentos, industria naval y autopartes, entre otros. Asegura que el déficit «no es un tema macro, hay que sentarse a hacer negocios».
Muy conforme con lo expresado por el presidente de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo, Paulo Skaf, quien inauguró las jornadas planteando que existe un potencial exportador concreto de 6000 millones de dólares que el Brasil le está comprando a otros mercados y que podrían ser abastecidos por Argentina, además de reconocer que es hora de equilibrar la balanza comercial bilateral, la ex directora del INDEC le contó al enviado de Tiempo Argentino, Alfonso Villalobos, que, un empresario argentino se excusó de regresar con la comitiva por «tenía que seguir cerrando negocios en San Pablo».
La titular de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, encabezó junto al secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno la delegación argentina que, junto con 500 empresarios argentinos visitó Brasil para establecer vínculos directos entre proveedores nacionales y sus potenciales clientes.
–¿Qué balance tiene de la misión comercial de San Pablo?
–En primer lugar, hay que dejar claro que uno puede tener, desde los gobiernos, las mejores intenciones de trabajar pero lo importante es que estén los empresarios. Hace 20 años que no podemos venderle naranjas a Brasil. Necesitamos tener una ofensiva diferente. Trabajar con la certeza de que los empresarios quieren hacer negocios. Si luego las naranjas no pasan, entonces ahí sí tienen que intervenir los gobiernos porque los negocios y acuerdos ya están hechos y hay que cumplirlos. Llegamos con una delegación de empresarios distribuidos en catorce micros con 530 personas que representaban a 230 sectores…
–¿Qué sectores?
–Alimentos, industria naval, medicamentos, indumentaria, autopartes…
–¿Y del lado brasileño?
–La Argentina fue a vender. De allá solo había potenciales clientes. El gobierno argentino acompañó y facilitó. A través de la embajada en Brasilia y el consulado de San Pablo junto con funcionarios que envió Cancillería armamos las entrevistas para las empresas. Entre lo que fue la misión a Angola y esta de Brasil ya tenemos un directorio multisectorial de más de 600 empresas con una dinámica muy interesante. La cámara de San Pablo se comprometió personalmente a que Brasil tiene que comprarle a la Argentina y que los desequilibrios sostenidos nadie los puede soportar. ¿Qué hicimos? Llevar a los empresarios para decir, “acá están nuestras mercaderías y nuestros empresarios”. Había grandes y pequeños empresarios.
–¿Son empresarios de productos terminados o de insumos industriales?
–De todo. En el caso de las autopartes hay productores de insumos para terminales, pero también hubo de indumentaria, calzados y amortiguadores, entre otros. Hay acuerdos firmados como el de Covent por ejemplo. Me contaron que su titular salió eufórico del aeropuerto.
–¿Tienen la cantidad exacta de acuerdos que se concretaron?
–No todavía. Pero vamos a hacer en los próximos días una reunión convocando a todos los empresarios para hacer una devolución y una análisis de lo que hemos podido hacer. Además vamos a analizar que más se puede hacer en el futuro. Así como hubo importantes acercamientos por la industri naval, hubo negocios concretos de alfajores exquisitos de Florencio Varela y dulces de El Bolsón. Se vendieron repuestos de autos. Un empresario, el titular de Vulcano, estaba eufórico y no se subió al avión disculpándose porque se tenía que quedar cerrando más negocios. Para un empresario solo, llegar al cliente no es tan fácil, nosotros abrimos puertas. El anfitrión, Paulo Skaf, es el presidente de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) es un señor muy inteligente que garantizó las instalaciones y ayudó a facilitar y concretar acciones. Por ejemplo medicamentos de libre venta en la Argentina no pueden entrar al Brasil. A la tarde, después del almuerzo, ya estaban los compradores haciendo las comunicaciones con los gobiernos pidiendo las registraciones para que esos medicamentos pudieran ingresar y sean de consumo libre. Se trabajó con pasas de uva paradas en la frontera. Brasil nos quiere vender y nosotros también. Los gobiernos tenemos que encontrar los equilibrios, las fortalezas de cada uno en sus productos y que tengamos en claro que la crisis internacional la tenemos que enfrentar y generar una dinámica exportadora desde el más pequeño hasta el más grande. Había truchas y salmones al vacío de tipo gourmet. Una amplia gama. Yo, que tengo muchos años de funcionaria, a esta altura ya no creo más en promesas sino en lo negocios reales. Los funcionarios vamos al lado de los empresarios.
–Hay datos de la economía brasilera de los últimos meses que plantean cierta alarma. Una leve devaluación del real y una recesión industrial… ¿Ustedes notaron eso?
–Nosotros fuimos con un solo punto en la agenda. La Argentina vino a vender para eso fuimos. Si no tenía comprador como contraparte teníamos que exigirla porque ese fue el compromiso. Siempre hay alguien que aparece en los medios y se publican cosas. Lo que importa es que sabemos, sin lugar a dudas, que hay empresarios en Brasil que compran a otros países productos que hacemos en la Argentina. También hay productos argentinos que se están vendiendo a otros lugares del mundo. Hicimos previamente ese cruce que nos permitió determinar que estábamos yendo con una oferta absolutamente competitiva que estaba siendo recibida y valorada por los mercados del mundo y sin embargo Brasil se la compraba a otros.
–Skaf anunció que ese cruce establecía un potencial para elevar las exportaciones argentinas en unos 6000 millones de dólares…
–Hicieron una encuesta entre empresarios brasileños sobre los motivos por los cuales no le compraban a la Argentina. Lo que surgió es que no conocían a los vendedores ni a sus productos. Tiene que estar presente el Estado mostrando su oferta y los empresarios que están en condiciones de cubrirla. Quedó claro que hay predisposición para hacer negocios de un lado y del otro y para que la balanza se equilibre. Un déficit tan significativo no se resuelve en un año ni con una misión. Planteamos que teníamos más de 3500 millones de razones para estar allí (es el déficit que estimamos para este año).
–El mismo Skaf reconoció que no solo buscaban aumentar las ventas sino también equilibrar la balanza. Un reconocimiento de la situación…
–Es que planteó que hay unos 30 mil millones de dólares que compramos al mundo, sólo con un muestreo de 30 productos, de los cuales 6000 podrían venir de la Argentina. Esto plantea que el problema del déficit se resuelve haciendo negocios.
–Cuando el carro se mueve se acomodan los melones…
–Exactamente, tal cual.
–Hacia adelante entonces las relaciones se pueden manejar a partir de potencialidades que existen…
–Nos tiene que ir muy bien a todos. Eran muchos los empresarios, casi mil personas interactuando. Naval se separó en una reunión aparte como la de las autopartes con las terminales y la de medicamentos también. En todas aquellas que nosotros percibiamos que podía haber una dificultad o un nuevo tropiezo para operaciones que podían concretarse, entonces el Estado se sentaba en la mesa. La de autopartes estuvo presidida por el licenciado Moreno y Paulo Skaf en persona. En medicamentos, por ejemplo la delegación argentina se sentó y no había contraparte, estaban solos. Se resolvió conversando con Skaf y planteando una dinámica de conducta empresaria que resolvió convocando a la contraparte y comunicándose con los representantes gubernamentales responsables de las trabas.
–¿Cuáles son los pasos para resolver el déficit de 4500 millones que existe?
–Nosotros ya proyectamos para este año 2012 la reducción de unos mil millones con relación al año anterior.
–¿Es posible resolver cuestiones macroeconómicas con miles de acuerdos micro?
–Que el número sea grande no significa que sea un tema macroeconómico. Argentina tiene la oferta y Brasil tiene las divisas porque ya las está comprando en algún lado.
–¿Si no es un problema de tipo de cambio significa que hubo cierta negligencia?
–Son maneras de gestionar. Sabemos que estamos en un año muy difícil en el que hay un gran déficit que corregir. En materia macroeconómica es muy necesario que cuidemos las divisas y el empleo en la Argentina.
–¿Está planteada una jornada inversa pero en la Argentina para que venga Brasil a vender?
–No, no queremos eso ni lo vamos a promover. Estamos preocupados por vender.
–¿Y ellos no lo reclaman?
–No. Ellos saben que tienen que comprar. Que hay que equilibrar la balanza.
Con la proa apuntando a Petrobras
–¿Qué acuerdo destaca?
–Un caso muy importante en el que los gobiernos vienen trabajando hace mucho tiempo sin lograr resultados: la industria naval. Se armó una mesa donde estaban de un lado los compradores brasileros y del otro los astilleros públicos y privados para hacer una oferta conjunta. Se vienen haciendo muchas reuniones pero en este caso dijimos “las reuniones protocolares ya pasaron acá nosotros vinimos a vender”. Buscamos concretar los negocios y, si no se concretan, saber por qué. Estuve en esa reunión porque es un tema que viene subyacente hace mucho tiempo en las negociaciones entre la Argentina y Brasil y había que terminar haciendo que los empresarios cerraran negocios. Que se comprara. Es un gran inicio porque los astillero argentinos son muy competitivos y resurgieron de la crisis.
–Una oportunidad para reactivar definitivamente Astilleros Río Santiago
–Para todos. Estaba Tandanor y la cámara que agrupa a los privados.
–¿Hay planes de reconversión para adecuarse a las potencialidades del mercado brasileño?
–Hay que hablar con los actores directos. Nosotros hacemos una misión para facilitar y poner los límites para no seguir con reuniones protocolares.
Angola y los nuevos mercados
–Se van para Angola el martes…
–Sí, vamos a consolidar operaciones. Una misión con más de 200 stands argentinos y una oferta exportable muy concreta. La idea es contar con un directorio empresario en tiempo real. Eso nos va a permitir un nivel de exportaciones significativo. La coyuntura plantea buscar mercados no tradicionales. Vamos a trabajar con México, Azerbaiyán, Vietnam…
–¿Qué se les puede vender?
–Vamos ofrecer indumentaria, maquinaria agrícola, autos, animales vivos. Toda la oferta exportable está sobre la mesa.
– ¿La Argentina es un potencial cliente de Angola en materia energética?
–No. Es parte de un proceso. Tenemos la madurez para no caer en promesas sino en operaciones concretas.