INTERCAMBIO COMPENSADO: ACELERADOR DEL DESARROLLO TECNOLÓGICO – UNA ASIGNATURA PENDIENTE
INTERCAMBIO COMPENSADO: ACELERADOR DEL DESARROLLO TECNOLÓGICO – UNA ASIGNATURA PENDIENTE
Por Rogelio Asteggiano, Scotto
En lo que sigue me propongo visibilizar un mecanismo comercial denominado Intercambio Compensado, poco utilizado aquí, como palanca de desarrollo tecnológico-científico para un país como la Argentina. En efecto, esta modalidad de trueque –que consiste en cobrar en materias primas o productos semielaborados- se presta para desarrollar un sinnúmero de variantes de intercambio con países que no cuentan con divisas convertibles como medio de pago.
Un breve repaso histórico muestra que el endeudamiento de los países en vías de desarrollo se incrementó fuertemente con los desequilibrios crecientes de balanza de pagos desde fines de la década del 60 hasta 1980. El endeudamiento saltó de (1) 45 billones de dólares a cerca de 450 billones de dólares -sin ajuste por inflación- durante ese periodo. Esta situación financiera complicada dificultaba el comercio entre naciones.
El intercambio compensado era utilizado frecuentemente en los otrora países de Europa del Este –(3) COMECON- con sus socios comerciales de Occidente. Esta herramienta fue adoptada en Brasil con mucho éxito por intermedio de su trading estatal Interbras para vender bienes, servicios y obras de infraestructura. Así, transformaron su poder de compra de petróleo en poder de venta de sus productos industriales y servicios. Recordar que por aquella época (70’) el Brasil era un importador neto de petróleo.
Brasil comenzó con los países árabes. En este contexto, dicho país estableció una agresiva estrategia de forzar la compra de sus bienes y servicios a sus proveedores de petróleo. Luego continuó con otros países en vías de desarrollo que carecían de divisas convertibles. Las ventas estaban atadas a la compra.
Esto facilitó a sus empresas la venta de vehículos, instalaciones industriales, obra pública, maquinarias, etc., utilizando el IC y realizando operaciones que no se podrían haber efectuado de modos tradicionales. De esta manera Brasil vendía (lo que sea que vendiera) y cobraba en petróleo, roca fosfática, o madera. En otras ocasiones, Brasil debía encargarse de producir en el país comprador para cobrar sus exportaciones porque ese país no contaba con las instalaciones industriales necesarias para producir el bien que sería utilizado como medio de pago. Estos ejemplos son ilustrativos para comprender cómo estas operaciones, en ciertos casos, se pueden desarrollar mediante un joint-venture con la compañía importadora u otra que tomara a su cargo la producción.
En otros casos, el IC puede consistir por ejemplo en el otorgamiento de una licencia de pesca para extraer una determinada cantidad para cubrir el pago de la construcción de un aeropuerto. Aquí el vendedor puede tercerizar la operación con una flota pesquera que será la que en definitiva provea los fondos para cubrir los costos de determinada obra pública.
Recuerdo que en una ocasión, por una operación pendiente con Perú que trataba de la reparación y mantenimiento de los torpedos de sus submarinos, fui consultado porque el Astillero del Estado que requería estos servicios técnicos no tenía presupuesto asignado para ese servicio. Recomendé preguntar qué podría tener el astillero como rezago o material en desuso. La respuesta fue que tenían un navío semihundido en su dársena. Chatarra de acero naval que según especificaciones tiene un precio en el mercado mundial. Una operación sencilla que no se pudo realizar por impericia de nuestra parte para encargar a un tercero el desguase del barco. Se dijo que una multinacional alemana tomó rápidamente ese negocio brillante, como es el de vender tecnología a cambio de un commodity, que es lo mismo que cobrar en divisas convertibles.
Otra forma de IC denominada buy-back posibilita, por ejemplo, la venta de una planta industrial cuyo pago será efectuado con un porcentaje del producto que salga de la misma. Esta forma requiere de acuerdos perfeccionados, con la participación de brokers[1] reconocidos que intervendrán en la colocación del producto entre sus clientes habituales preferentemente bajo contrato de largo plazo. Un ejemplo de esta modalidad podría ser la venta de una planta de biodiesel a Ecuador y que ese país pagara cediendo un porcentaje de la producción al proveedor de la planta
La estructura del comercio mundial, los cambios en la tradicional división internacional del trabajo, el desarrollo de nuevas ventajas competitivas, los avances tecnológicos en países en vías de desarrollo y los cambios político-económicos sufridos durante los últimos 25 años han alterado las reglas de juego y también la gestión del sistema económico global. Todo ello, más la relocalización de industrias y la acumulación de riqueza en las clases altas, brindan nuevas oportunidades y desafíos a países como la Argentina que tiene, en su región, imagen y prestigio en el campo tecnológico-científico.
Estamos convencidos de que es en la región latinoamericana y en algunos países de África donde nuestro país puede utilizar el IC para expandir las exportaciones de tecnología de media y alta intensidad. Existe una gran demanda potencial en la región, que se puede activar diseñando ofertas a medida (customizadas) y adecuadas a sus realidades. Argentina tiene prestigio a través de empresas como IMPSA, que construye represas en todo el mundo e instala turbinas de su propia producción; tambien las grúas portuarias más grandes del mundo, rubro en el que compite con China. Asimismo, patentó en los Estados Unidos un generador eólico de 100 metros de altura con palas de 56 metros de diámetro. INVAP es una empresa estatal que no tiene rival en el ámbito latinoamericano y está acostumbrada a ganar licitaciones a países como Alemania, Canadá y Francia nada menos que en tecnología nuclear, habiendo demostrado hace poco que puede construir un radar 3D (tridimensional).
Nuestro país fue el primero de América Latina en poseer la tecnología del gas, desde el diseño y construcción de plantas transformadoras, la instalación de gasoductos con tubos de acero sin costura argentinos producidos por Techint (líder mundial), hasta la producción de artefactos a gas de todo tipo. El importante sector agrícola que tenemos ayudó a generar una de las mejores industrias de maquinaria agrícola del planeta, contando con un aglomerado industrial de 150 fabricantes de estos equipos nucleados en (4)CIDETER. A esta maquinaria hay que sumarle el nivel tecnológico del INTA que es un adicional importante aportado por el estado para promover negocios tecnológicos. Podríamos seguir con sectores como el farmacéutico, el biotecnológico y el software en los que Argentina se perfila como un jugador mundial. Hay varios laboratorios argentinos de medicamentos que se han internacionalizado: Laboratorios Phoenix tiene una planta de alta tecnología en los EEUU desde donde exporta a todo el mundo.
Argentina tiene industrias de alto grado de madurez y desarrollo tecnológico como la de alimentación, medicamentos, metalmecánica, electrónica industrial y médica, energía eólica, energía nuclear, plantas petroquímicas, naval, química fina y empresas de ingeniería que pueden construir obras de infraestructura como represas, líneas ferroviarias, puertos, hospitales, aeropuertos, etc. Si instrumenta la cooperación con los países hermanos de América Latina, nuestro país puede colaborar con el desarrollo de esos países, transfiriendo tecnología y formando recursos humanos paralelamente con la instalación de plantas industriales y equipos. Es un modelo en el que todos ganan. Efectivamente: Argentina transfiere tecnología e instrumental de producción mientras forma y entrena recursos humanos del socio comercial, los que ganarán salarios industriales mejorando su calidad de vida y aumentando su poder de compra. También se pueden adquirir los productos producidos en esas plantas o exportarlos con producciones complementarias.
Lo que falta
En los años 60 nuestro país era el líder tecnológico del hemisferio Sur. Contábamos ya con tecnología nuclear, aeronáutica, de petróleo y gas, la mejor industria metalmecánica de América del Sur, una poderosa industria nacional de medicamentos y un sistema nacional de Ciencia y Tecnología que los coreanos aprovecharon como modelo.
Esa posición debería haber sido suficiente como plataforma para encarar una etapa superior de desarrollo económico y social con inclusión. Es lo que hicieron países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Corea y hasta nuestro querido hermano menor Uruguay.
Argentina ha sido victima de gestiones desacertadas por múltiples causas, tan frecuentes en nuestra historia económica pasada y reciente.
Basta recordar los devastadores efectos de la aplicación de las recomendaciones del Consenso de Washington en nuestro país. (5)
Además, por imposición de la división del trabajo diseñada en el Norte y olvidando lo que dijo Belgrano sobre la producción con valor agregado, se aceptó que la Argentina fuera el abastecedor de materias primas alimentarias sin valor agregado.
No se aprovechó el ingreso de divisas generado por la actividad primaria en un (2) momento privilegiado de nuestra historia ni se percibió la importancia fundamental de cambiar el modo comercial colonial que nos afecta todavía, entregando la muy rentable intermediación internacional a empresas extranjeras. No se ha dimensionado suficientemente la importancia de desarrollar un intercambio vigoroso que sirva a los intereses de la nación con proyección integradora regional.
Tampoco se reconoce esta modalidad de trueque para impulsar fuertemente las exportaciones de tecnología y servicios, lo que hubiera permitido un desarrollo considerable de nuestra pymes innovadoras -que son prácticamente las únicas entidades que generan desarrollo tecnológico y científico nacional-.
Alcanzar un grado superior de desarrollo desde una posición de privilegio como la nuestra en un territorio prodigo con una geografía privilegiada para la producción fina de alimentos, como lo ha demostrado Chile con un ínfimo territorio productivo, habría sido fácil si no hubiéramos sido victimas de políticas desafortunadas. Muy pocos estudiaron nuestra realidad y nuestras posibilidades y fuimos generando una política comercial cortoplacista, sin asumir el desafío de una Argentina potente y sustentable en el largo plazo.
Necesitamos políticas que apuesten a un desarrollo sólido, equilibrado, sostenido y progresivo.
Mencioné en otra nota[2] que Brasil creó por Ley Nro 1248 de 1972 la figura legal de la trading[3]. Esta figura les permite operar sin cargas impositivas. Esto implica que “tales” entidades jurídicas pueden operar por cuenta y orden de una empresa o comprar la mercadería exenta de gravámenes internos y exportarla. La sanción de esta ley en Brasil provocó la creación de más de 500 compañías de ese tipo, algunas ya de gran porte que negocian centenares de millones de dólares por año.
La consecuencia natural de la existencia de estas compañías es la formación de emprendedores de los negocios internacionales; miles de ellos a lo largo y ancho del Brasil. Son los que piensan por la pyme investigando, desarrollando negocios y aprovechando las mejores oportunidades que detectan mediante el análisis estratégico del escenario mundial. Y logran dar seguridad jurídica a los contratos, neutralizar riesgos, concretar alianzas estratégicas, reducir costos logísticos, asesorar sobre el estado del arte de los productos en el mercado internacional, y monitorear las operaciones.
Ignorar estos mecanismos en nuestro país ha originado consecuencias de extrema gravedad, toda vez que nuestra pymes industriales tienen que encargarse, también, de ser especialistas en comercio internacional.
En la primera potencia del mundo, donde existen las trading companies por centenares de miles, la pequeña y mediana empresa de alta o media tecnología exporta casi siempre por medio de una trading. No entienden ni les interesa saber de comercio exterior y exportaciones. Para eso están los especialistas de las trading que hacen toda la tarea. Desde el embalaje de exportación hasta la entrega en el destino más remoto. El industrial sólo se encarga de producir bienes y servicios competitivos. Las trading también les anticipan dinero de las operaciones. Gestionan líneas de crédito cuando es necesario y realizan búsqueda de insumos para estas compañías, consolidando la compra y reduciendo el costo de los insumos.
En la mayoría de estas búsquedas, la trading obtiene precios en el mercado internacional que, referidos al costo argentino de insumos electrónicos, p.e. podemos constatar diferencias de precio en las que la relación puede ser de 1 a 5, es decir cinco veces menor costo.
¿Cómo puede competir el talento argentino desarrollando un equipo de electromedicina o medicina nuclear si paga los componentes electrónicos 4 o 5 veces más de lo que le cuestan a un competidor coreano?
Es perentorio que se concrete esta asignatura pendiente, imprescindible para que nuestro país alcance, en un mediano plazo, un grado de desarrollo equilibrado configurando una sociedad de bienestar.
Innegable es la importancia que tendría para el crecimiento de las áreas productivas ligadas al talento agregado, para lo cual es necesario contar con instituciones públicas y privadas que se dediquen a desarrollar el I.C. a cuyo fin se debe instrumentar un marco legislativo ágil que permita un desarrollo veloz y efectivo.
Sería necesario también aprovechar la enseñanza del gran maestro Jorge Alberto Sábato explicitada en su Triángulo (6): provocar la sinergia de las partes relacionadas.
Debería diseñarse, basándose en la idea de Sábato, la forma que mejor se adapte a esta necesidad aplicado a este tema en el que las entidades intervinientes se armonizaran en un proceso simbiótico y se articularan por la acción de los integrantes que se indican a continuación: el estado argentino por medio de su cancillería, la que pondría en sintonía a sus representantes en los países objetivo con este proyecto, siempre en colaboración con especialistas de IC; la Universidad Nacional creando los recursos humanos necesarios; las organizaciones que representan a las pymes comunicando e impulsando la participación de las mismas. Sin olvidar a los aglomerados productivos tecnológicos.
Se podrán crear, con el aporte conjunto de estos participantes, carpetas de la oferta tecnológico-científica y cultural existente, las que confrontadas con los Análisis de las Necesidades en los mercados-meta elegidos nos permitirían generar la demanda en los mismos, detectando previamente el bien que podría servir como medio de pago.
Mirando el futuro se podrán ir investigando y detectando las probables áreas de vacancia a mediano y largo plazo más afines con nuestras ventajas competitivas o las que logremos ir desarrollando, para ir planificando la creación de recursos humanos, tecnológicos y materiales. La suma de este conocimiento nos permitirá confeccionar hojas de ruta, por sector, que servirán de orientación a empresarios e inversores en estas actividades.
Un protagonista íntimamente ligado a este proyecto de construcción de un país del conocimiento es el sector de C y T, que cuenta en la Argentina con un importante sistema y con representación política por medio de un funcionario con rango de Ministro de la Nación.
Y que tiene una importante plataforma formada por el CONICET, la CONEA, la CONAE, el INTI, el INTA, el Malbrán e importantes y reconocidos institutos de investigación en todo el país.
Este sector tiene un bien ganado prestigio internacional y es un componente inseparable de respaldo, asistencia y Cooperación en la producción y exportaciones de media y alta intensidad tecnológica.
Los organismos especialmente dedicados al apoyo y financiación de la pyme tecnológica son la (7) Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y el Fontar (Fondo Tecnológico Argentino).
Dice Roberto Mangabeira Unger: “un verdadero modelo de desarrollo no se puede basar en el voluntarismo político y algunos aciertos económicos. Precisa un esfuerzo de construcción institucional y cultura republicana”, y agrego: donde el ciudadano es el destinatario final y principal de los proyectos ético-políticos destinados a lograr esa sociedad de bienestar que todos merecemos disfrutar en esta tierra pródiga como pocas, o por qué no, privilegiada.
Rogelio E. Asteggiano Scotto
tecnopolis@sinectis.com.ar
Septiembre 2010
1. Trade Financing-1981- EuroMoney Publications
- Existe un enigma que sigue sin respuesta, en la historia de Argentina: porqué el país más rico de América Latina no consiguió realizar en el siglo XX, su «destino manifiesto» de gran potencia?. En el último cuarto de siglo XIX, después del fin de la Guerra de Paraguay, entre 1870 y 1914 – como en el caso de los Estados Unidos, Alemania y Japón – la economía y la sociedad argentinas vivieron una «Edad de Oro»: en este período de 34 años, el PBI argentino creció de forma continua, a una tasa media de cerca de 7% al año – la mayor del mundo, en el período – al mismo tiempo en que crecía la renta per. cápita de los argentinos, a una tasa del 3,8%, igualmente, la mayor del mundo. José Luis Fiori , Profesor de la Univ. Federal de Rio de Janeiro
- El Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME o Comecon) fue una organización de cooperación económica formada en torno a la Unión Soviética por los países del llamado socialismo real y cuyos objetivos eran el fomento de las relaciones comerciales entre los estados miembros
- CIDETER unidad técnica del conglomerado productivo de maquinaria agrícola y agro partes (CECMA)Las Parejas S.FE
- Consenso de Washington- recomendaciones aplicadas durante Gobierno Menem-Cavallo
6 El Triángulo de Sabato es un modelo de política científico-tecnológica que postula que para que realmente exista un sistema científico-tecnológico es necesario que el Estado (como diseñador y ejecutor de la política), la infraestructura científico-tecnológica (como sector de oferta de tecnología) y el sector productivo (como demandante de tecnología), estén relacionados fuertemente de manera permanentemente. Estas son las interrelaciones del triángulo.
Cada vértice debe tener sólidas intrarrelaciones, que son las que existen entre las diversas instituciones que lo componen. Por ejemplo, en el sector Estado debe haber coherencia entre la política implícita y la política explícita, entre los diversos ministerios y organismos autónomos, etc.
Finalmente las extrarrelaciones se refieren a las relaciones que tienen los vértices con entidades del exterior.
El triángulo es el modelo más simple de dependencia tecnológica: mientras más fuertes sean las extrarrelaciones, más débiles o inexistentes serán las inter e intrarrelaciones y más demorará el país para disminuir su dependencia.
La idea del triángulo fue propuesta por John Kenneth Galbraith y desarrollada como modelo de política científico-tecnológica por Jorge Alberto Sabato.
- Agencia/Fontar. ver: www.agencia.gob.ar