Introducción.
Siempre me desveló saber la utilidad y el beneficio de tener una zona franca en el sur austral de Argentina, y luego de haber tenido la bendición de viajar y conocer in situ a los territorios que conforman dicha zona, y apoyado en importante literatura técnica, como ser los libros “Antártida, una mirada desde la perspectiva fueguina” de los autores Daniel Roberto Martinioni y Milagros María López Belsué y, “Malvinas, el lugar más amado y desconocido por los Argentinos” de los periodistas Alejandra Conti y Sergio Suppo, me impulsó a escribir esta nota y dar mi punto de vista sobre la verdadera utilidad para el país de tener dicha zona franca.
Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
En el año 1972, la Ley N° 19.640, estableció un régimen de promoción económica basado en amplias exenciones impositivas (en lo que respecta a tributos nacionales) y aduaneras para todo el universo de actividades económicas desarrolladas o a desarrollarse en la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Este régimen conforma un sistema de promoción económica dirigido a fomentar el desarrollo de una zona insular y extremadamente austral del país, situada a una considerable distancia de los grandes centros de población y consumo, y a integrar dicha zona con la economía del territorio continental nacional. En consecuencia, este régimen de promoción económica tuvo y tiene su explicación en una estrategia geopolítica de desarrollo e integración al resto del país.
La razón fundamental que guía al gobierno de ese entonces, geopolíticamente hablando, era lograr un desarrollo poblacional, para lo cuál resultaba necesario generar un desarrollo industrial previo, que promoviera la radicación de inversiones apuntadas al desarrollo del sector productivo, radicación de fábricas y empresas, las cuáles necesariamente generaran trabajo y demandaran mano de obra de trabajadores argentinos. Así fue, que miles de ciudadanos migraron de sus distintas provincias hacia Tierra del Fuego, concentrándose en 2 ciudades principales, Ushuaia y Río Grande.
En el plano estrictamente económico el régimen tiene la función de hacer viables las distintas actividades económicas desarrolladas o a desarrollarse en la zona, compensando con exenciones impositivas, aduaneras, y otros estímulos económicos, los mayores costos derivados del transporte a gran distancia, las particulares condiciones climáticas, y la condición geográfica insular de la Provincia. Ello significa que cualquier tipo de actividad económica (industrial, comercial, servicios, extractivas, etc.) que ocurra dentro de la Provincia por una persona física o jurídica recibirá los beneficios del régimen.
Los beneficios impositivos y aduaneros del régimen tienen carácter objetivo en el sentido de que se derivan automáticamente del hecho de que la actividad económica tenga lugar en la Provincia y en el caso de los bienes, de que estos se encuentren radicados en ella o se importen a la misma.
Específicamente en el artículo 10 de la citada Ley, se constituye un área aduanera especial – AAE, en el ámbito de la Isla Grande de la Tierra del Fuego, comprendido en el entonces
Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sud, hoy provincia número 23.
Un AAE, es considerado como tal, cuando:
– 1) Es creado por Ley ( Ley N° 19.640)
– 2) Se aplica un sistema especial de aranceles
– 3) Rige un sistema especial de prohibiciones (solo aplican las no económicas).
En Brasil, también existe un área aduanera especial exactamente igual que la de Tierra del Fuego, nos referimos a Manaos.
La Decisión N° 08/94 del Consejo Mercado Común del Mercosur, determina que las AAE Manaos y Tierra del Fuego, forman parte del Mercosur y mantienen su estatus jurídico hasta el 31 de diciembre de 2038 (Decreto No. 727/2021)
Zona Franca del Sur Argentino.
La Ley 19.640 en su artículo 5, creó un Área Franca en todo el territorio de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, excluida la Isla Grande de Tierra del Fuego, formando parte del régimen de promoción económica establecido por dicha ley.
De cualquier forma, cabe notar que en la actualidad la actividad económica promocionada se concentra prácticamente en su totalidad en el Área Aduanera Especial.
¿Cuál es el fin de crear zonas francas?
Su principal objetivo es fomentar el comercio y la actividad industrial exportadora a través de la reducción de costos y la simplificación de los procedimientos administrativos, ofreciendo, además, incentivos fiscales, permitiendo también, adquirir mercaderías a precios más bajos. En definitiva, lo que busca es promover un mayor intercambio comercial, buscando incrementar las exportaciones.
Antártida.
Es un continente único, extremo, rodeado de océanos y constituye un ámbito geográfico de características singulares, sin rival en los otros cinco continentes, siendo el más frío, el más seco y el que registra mayores intensidades de viento. Está rodeado por océanos, a diferencia del Ártico, que es, en esencia, un océano rodeado por continentes. En la Antártida, se almacenan, en forma de hielo, más de las tres cuartas partes del agua dulce existente en la Tierra, ya que el espesor medio de la capa helada supera los 2.000 metros.
Tiene una superficie aproximada de unos 14.000.000 de km cuadrado, casi tan grande como Europa, de los cuáles sólo entre el 1 y 2% lo constituyen áreas libres de hielo.
Por su desarrollo territorial en América del Sur y en la Antártida, la República Argentina es un país bicontinental, que se extiende desde el Polo Sur, donde convergen los meridianos, hasta su extremo norte, en la frontera con Bolivia, encontrándose su centro geográfico localizado en Tierra del Fuego.
El sector antártico argentino, las Islas subantárticas, Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes son parte integrante de la provincia Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
A diferencia de lo que ocurre en la Antártida, sobre las islas subantárticas existe ejercicio de soberanía.
Relaciones Internacionales.
El Sistema del Tratado Antártico regula las relaciones internacionales con respecto a la Antártida, consagrándolo como territorio destinado a la paz, la investigación científica y la cooperación internacional.
A diferencia de lo que ocurre en los demás continentes, la presencia humana en la Antártida está restringida geográficamente, circunscripta a sectores libres de hielo permanente, y se enfoca sobre muy pocos aspectos en lo que hace a las actividades económicas permitidas, tales como el desarrollo de acciones asociadas a la ciencia, su logística de apoyo, las actividades receptivas y guiadas de visitantes, con énfasis en el turismo de expedición embarcado y la pesca. Así, por diferentes razones, estas actividades de carácter eminentemente comercial son las únicas con despliegue en la región.
Islas Malvinas.
La historia nos indica, que un remoto 3 de Enero de 1833, los ingleses despojaron a nuestro país de las Islas Malvinas, comenzando desde ese mismo momento, la disputa por la soberanía entre Gran Bretaña y Argentina de los territorios británicos del Atlántico Sur, fundamentalmente en las ahora llamadas Islas Falklands.
En abril de 1982, fuerzas argentinas invadieron y ocuparon las islas Georgias del Sur y las islas Flaklands (nuestras Malvinas). Fue una guerra no declarada entre las Fuerzas Armadas de Argentina y Gran Bretaña en el Atlántico Sur, a 8000 millas de Gran Bretaña.
En los hechos se trataba de replicar el acto inglés de 1833 con el que se usurpó la soberanía argentina. En este caso, el de 1982, se trataba de restablecer la soberanía también usando el recurso de la fuerza.
Las fuerzas armadas británicas retomaron esos territorios en una campaña que terminó el 14 de junio de 1982. Se perdieron 907 vidas, 649 argentinas, 255 británicas y 3 isleñas.
Las Islas Falklands continúan siendo un territorio británico de ultramar, una colonia británica o, según la ONU en su resolución 1541 (XV) de la Asamblea General de 1960, un Territorio No Autónomo.
La disputa con Argentina sigue irresuelta.
Una colonia es un territorio dominado por un país ajeno a su historia y cuyo pueblo está sometido a la metrópolis y se ve impedido de decidir su propio destino. La condición colonial de Malvinas tiene un carácter particular por el hecho de que su población se identifica con la potencia dominante y no reclama la independencia de ella.
Desde tiempos ancestrales, el sentido de tener una colonia fue obtener ganancias de ellas. Malvinas nunca ha sido un lugar con el que los británicos se enriquecieran.
Las islas no tienen minerales ni piedras preciosas, la explotación de petróleo y gas está todavía en un ciclo preliminar, y no es posible por ahora sembrar ni hacer ganadería intensiva, salvo en el caso de la lana de oveja. Si fue mantenida como colonia a pesar de todo, es por su estratégica ubicación en el confín del Atlántico Sur como paso hacia el Pacífico y por la potencialidad petrolera a largo plazo.
La importancia militar y estratégica decayó con el Canal de Panamá, a fines del siglo XIX, aunque se mantuvo el interés por la ruta hacia la inexplotada Antártida, un territorio todavía hoy vedado para las actividades económicas de los países que tienen bases en ese continente.
La guerra dio lugar a una fórmula para hacer viable el enclave colonial: la explotación pesquera en las aguas argentinas que los británicos pusieron bajo su control militar luego de la guerra con el explícito nombre de Zona de Exclusión.
De este modo, se fortaleció el condicionante de una negociación por la soberanía a la que los habitantes de las islas se han opuesto siempre con tenacidad.
A partir de 1986, a costa de las riquezas marítimas de la Argentina, las islas pasaron a ser autosuficientes, con excepción de la Defensa y las Relaciones Exteriores que están a cargo de Gran Bretaña. Se produce una visible mejora en el nivel de vida de los isleños, ya que con apenas 3.000 habitantes y ante el flujo de 20 Millones de Libras Esterlinas (cotiza similar al Euro) de manera ininterrumpida durante los primeros 20 años, llevó a que tengan el 5° PBI per cápita más alto del mundo, 81.000 Libras Esterlinas a cifras del 2018.
La economía de las islas es superavitaria, y los ingresos provienen de la recaudación impositiva (30 Millones de libras), las licencias de pesca (29 Mill) más los fondos de inversión administrados externamente (11 Mill), la exportación de lana (8 Mill) y de carne de oveja (2 Mill). El turismo aporta, por su parte, unos (6 Mill).
Conclusión.
Falacia, palabra que proviene del latín “fallacia”, y significa engaño, fraude o mentira. Una frase típica utilizada es “no lo creas, es una falacia”.
En base a lo desarrollado, y teniendo en cuenta que:
– Antártida es territorio destinado a la paz, la investigación científica y la cooperación internacional, en el cuál hay un estatus quo respecto a reclamos de soberanía durante la vigencia del Tratado Antártico, y dónde las actividades económicas permitidas y con restricciones, tiene que ver con la pesca y el turismo.
– Las islas del Atlántico Sur: Falkland Islands (nuestras Malvinas Argentinas), Georgias del Sur y Sándwich del Sur, están bajo la soberanía de otro estado, Gran Bretaña.
Podemos concluir que la Zona Franca del Sur Argentino, es una gran falacia, ya que, si bien fue creada por Ley, en los hechos no existe, al no haber en dicha zona, registro de exportaciones argentinas ni intercambios comerciales con el mundo global.
Mgter. Gustavo Fadda
marzo 2.024