Agresivo plan de compra de acciones propias – Dr. Marcos Palomba

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El muy particular momento económico y financiero produce escenarios de mucha incertidumbre para la toma de decisiones. Esa misma incertidumbre es la que genera profundas distorsiones en los precios de los activos. En ese contexto, muchas empresas, sobre todo las vinculadas con los servicios y que poseen importantes excedentes de liquidez optan por recomprar sus propias acciones por considerar que “se ha generado una diferencia entre el valor de sus activos y el precio de cotización de las acciones en el mercado, el cual no refleja el valor ni la realidad económica que tienen los mismos en la actualidad ni su potencial futuro”, según reza el acta de Directorio de la compañía Pampa Energía SA, líder en este proceso de recompra, que también es acompañado por otras como TGS, Grupo Valores, Banco Macro, BYMA entre otros.

 

Desde lo estrictamente jurídico es importante señalar la ventaja con que cuentan las empresas que tienen oferta pública frente a las que no optaron por este régimen. En efecto, entre los supuestos que plantea la ley de sociedades 19.550, uno de ellos que se trate mediante la reducción de capital de “evitar un daño grave”. Este requisito es obviado cuando se trate de una empresa abierta, esto es, que se encuentre regida por la Ley de Mercado de Capitales (26.381), con lo cual puede alocar su liquidez a la recompra de sus propias acciones si le luce como una opción más rentable que otras. Y si bien la normativa de la Comisión Nacional de Valores establece un límite del 10% a la recompra de acciones propias, existen alternativas cuando condiciones extraordinarias justifiquen una necesidad de incrementar el porcentaje. En efecto, la resolución 535/2008 suspendió temporalmente ese límite atento a la crisis que debió ser superada ese año, otro mecanismo es el que está utilizando la empresa Pampa Energía SA, que una vez que ya redujo su capital en un 10% producto de la recompra de sus propias acciones, aprobó un nuevo programa de recompra por un 10% adicional del nuevo capital.

 

La comparación con procesos similares en mercados más desarrollados, por ejemplo, Estados Unidos, permite arribar a interesantes conclusiones. En efecto, actualmente la recompra de acciones propias por parte de las mismas empresas estadounidenses está excesivamente divulgado. Las empresas que se financian a tasas muy bajas, entre 3 y 4 %, encuentran muy atractivo comprar sus propias acciones con estos fondos ya que estiman que la valorización será superior al monto a pagar por los intereses. En la Argentina, con tasas que superan el 70% y un riesgo cambiario incierto, el escenario no parece ser el mismo. Más aún, con la restricción que sabiamente impone la ley de Mercado de Capitales mediante la cual la recompra debe ser realizada con fondos propios (reservas líquidas), no sólo se tiende a evitar “la burbuja” que pueda generar desviaciones a este proceso, sino que protege el interés de todos los accionistas al evitar una desvalorización injustificada de sus inversiones.

 

También debe ser visto como una manifestación de confianza de las empresas acerca no sólo de su propio futuro sino también del contexto macroeconómico en el que vislumbran se desarrollarán sus negocios. Toda una señal en este particular momento.

 

Dr. Marcos Palomba