Ayer nos comimos el faisán y hoy las plumas – Logística y costos – Lic. Marcela Chalub
Cuando la macroeconomía parecía marchar sobre ruedas y el mundo era un lugar prospero para algunas economías, de pronto en una ciudad muy lejana de un mercado Chino apareció un pequeño virus, que sin duda por su alta capacidad de contagio y dispersión copo el mundo. Bienvenido corona virus al mundo global, abriéndose camino a pasos agigantados se impuso pateando el tablero y definitivamente impactando en todos los sectores que se pudieren imaginar, el comercio internacional no fue ajeno.
A medida que fue pasando el tiempo la realidad también fue mutando, inicialmente con un comercio cuasi cerrado, comenzando por la gran fábrica del mundo que por unos meses dejo desabastecidos cientos de mercados, luego llego el furor de los barbijos, seguido de la escasez de alcohol en gel y sin dudas la vedette de la temporada el altísimo nivel de especulación en los costos de reposición y el precio de venta de los productos importados. Claro, la logística no fue ajena a ninguno de estos escenarios, tanto la nacional como la internacional. Para dar un ejemplo, mientras en épocas regulares un contenedor desde China rondaba los 1200/1500 dólares, hoy ese mismo contenedor tendría un incremento de casi el 500%.
La pandemia dejo muchos aspectos para reflexionar y su impacto positivo en el medio ambiente también tuvo aspecto imposible de no mencionar, la especulación frenética orientada a la maximización de rentabilidad de los operadores. En este sentido, las crisis suelen representar una oportunidad, pero hacer negocios con la vida de otros me recuerda a una cita de Fogwill “quien depende del mercado está definitivamente perdido”.
Mientras parecía que Argentina perfilaba hacia un nuevo camino de esperanza, luego de atravesar una de las cuarentenas mas largas de la historia, si no fue la más larga, con el advenimiento de la vacuna en menos de un mes se tiraron por la borda tantos otros meses de esfuerzo de millones de personas, muerte de Maradona, fiestas clandestinas, manifestaciones sociales, y muchas más; en el entretanto, Inglaterra anuncia que este minúsculo vuelve y esta vez recargado, pues su poder de contagio es más alto que la primera cepa.
Esto impacta fuertemente en los tráficos internacionales, al igual que con la primera cepa la falta de disponibilidad de equipos para el traslado de mercaderías, como el posible cierre de aeropuertos nuevamente está generando un caos paulatino que va tomando ritmo semana tras semana. Los importadores necesitan trasladar su mercadería, pero cuidado ya nada será como antes, el precio de reposición que abonaran trepa exponencialmente, las variaciones de costos logísticos en algunos casos se actualizan casi a diario. Actualmente España suspende sus vuelos e Inglaterra queda aislada a causa de la nueva cepa de coronavirus. Las reservas de contenedores desde China se consiguen, pero con importantes demoras y en casos excepcionales se da curso a algo mas inmediato abonando una tarifa preferencial, a valores desorbitantes que definitivamente tampoco ayuda al contexto.
Entonces será que ayer nos comimos el faisán y hoy las plumas. Muchas economías se juegan el futuro post-COVID y Argentina no es ajena al contexto global.
Lic. Marcela Chalub
Enero 2.021