Bioombustible – Biodisel: ¿ Un oportunidad para Argentina ?

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BIOCOMBUSTIBLES – BIODIESEL: UNA OPORTUNIDAD PARA ARGENTINA ?

 

por Carlos A. Torrico

 

Moda, nueva burbuja que aparece en el mercado o algo real con proyección de futuro? La respuesta surge de la combinación de las tres opciones. No hay duda que es una moda ya que encontramos artículos, notas y comentarios hasta en publicaciones de turismo y esparcimiento. Es una moda (y peligrosa) ya que hay cientos de programas de inversión para la construcción de nuevas plantas industriales, diseminados por el mundo. Algunas pocas, sobre todo las primeras instaladas en Europa, en proceso de quiebra por sub-utilización. No obstante todos los problemas mencionados, tiene proyección de futuro.

 

El biodiesel es un biocarburante líquido, producido a partir de los aceites vegetales y grasas animales, siendo la colza, el girasol, la palma y la soja las materias primas más aptas para ese fin y sus propiedades, son prácticamente las mismas que las del gasoil.

 

Desde el punto de vista legal, Argentina ya cuenta con el marco necesario para el desarrollo de las actividades relacionadas con los biocombustibles. La ley 26.093 (sancionada en abril de 2006), en su Art. 5 define como “biocombustibles al bioetanol, biodiesel y biogás, que se produzcan a partir de materias primas de origen agropecuario, agroindustrial o desechos orgánicos, que cumplan los requisitos de calidad que establezca la autoridad de aplicación”.

 

Una definición bastante técnica de biodiesel, es la propuesta por la ASTM (American Society for Testing and Material Standards), que lo describe como esteres de ácidos grasos derivados de lípidos renovables tales como aceites vegetales o grasas animales, y que se emplean en motores de ignición.

 

La Nueva Política Energética Europea.

Actualmente, el petróleo satisface el 40% del consumo mundial de energía primaria, seguido por el carbón y el gas natural con participaciones de 27 y 23%, respectivamente, lo que indica que más del 60% del consumo mundial de energía primaria se satisface con hidrocarburos (petróleo y gas) y alrededor del 90% si consideramos todos los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón).

 

Ya sea porque se está gestando una mayor conciencia colectiva sobre el efecto contaminante que produce el uso de combustibles derivados del petróleo, o por la difusión del efecto invernadero, o por la mayor divulgación del Protocolo de Kyoto, o por la preservación de algunas fuentes de energía no renovables, las instituciones Europeas han presentado a comienzos de este año, un nuevo paquete de políticas energéticas. Este conjunto de propuestas supone, entre otras, un aumento significativo del uso de biocombustibles, dado que actualmente la Unión Europea (UE) depende en gran medida de las importaciones de gas y petróleo y, adicionalmente, que se ha comprometido internacionalmente a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

 

Como consecuencia de los nuevos planes propuestos, los países miembros de la UE estarán obligados a sustituir los combustibles tradicionales, utilizando mezclas del 5,75% de biocombustibles en todos los combustibles aplicados al transporte para el 2010, aumentando los mismos a 10% (o más) a partir del 2020 (esta herramienta política se denomina ’objetivo obligatorio’). En algunos países europeos, ya se han establecido cortes obligatorios de 2-3% de biocombustibles en los combustibles aplicados al transporte. La forma de impulsar el uso de los biocombustibles en la actualidad, es a través de reducciones tributarias y subsidios. Un claro ejemplo, lo encontramos en la propuesta presentada por la Comisión Europea, la que propone además en su nuevo paquete energético, un objetivo obligatorio de 20% de energías renovables (incluido biocombustibles) en el suministro energético de la UE para el 2020.

 

Sin embargo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha calculado que para producir suficiente biocombustible capaz de remplazar el 10% de los combustibles del transporte de la UE, se requiere 70% de la superficie cultivable de la UE (esta estimación es anterior de la anexión a la UE de varios países del Este de Europa), siendo imposible para Europa emplear semejante cantidad de tierra para la producción de materia prima (biomasa), lo más económico para la UE implicará producir biomasa y biocombustibles fuera de Europa, específicamente en los países africanos, del Este asiático y Sudamérica.

 

Concretamente, la UE está apuntando a importar la biomasa y biocombustibles provenientes de soja, aceite de palma, caña de azúcar y maíz.

 

La Situación Mundial

Si a la capacidad instalada actual, de aproximadamente 30 millones de toneladas para producir biocombustibles, se le adicionan los proyectos en curso, se llegará a una capacidad instalada de aproximadamente 50 millones a fines del año próximo.

 

Es de esperar que, por las limitaciones que existen en la oferta de materia prima, sólo se podrá llegar a producir no más de 15 millones de toneladas, lo que agravaría la situación de sub-utilización de las plantas y las consecuencias sobre sus amortizaciones.

 

Si tenemos en cuenta la desproporción que existe entre el consumo de aceites vegetales, dedicados a la producción de bioenergía (el que sólo representa el 0,4% de la producción mundial de petróleo), la demanda creciente de alimentos y los bajos stocks mundiales de oleaginosas para soportar dicha demanda (el mundo inicia un segundo semestre del 2007 con un déficit de aproximadamente 10 millones de toneladas de oleaginosas), nos daremos cuenta de las “oportunidades” que se avecinan para nuestra región y, especialmente para la Argentina.

 

Los analistas indican que el gran desafío será intentar alcanzar una producción creciente de oleaginosas, a nivel mundial, de 7 millones de toneladas anuales, hasta el 2010.

 

“El combustible de etanol basado en alimentos, no será la dirección para China». El Gobierno no aprobará a partir de ahora ningún proyecto destinado a producir combustible de etanol con alimentos, señaló un funcionario de la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma (CEDR) en un seminario sobre el desarrollo de combustible de etanol, celebrado hace muy pocos días en Beijing. Según mencionó el responsable de la CEDR, China se convirtió en un gran productor y consumidor de combustible de etanol en el mundo, después de EE,UU, Brasil y la UE. La Corporación de Aceite y Alimentos (COFCO), la mayor importadora y exportadora de aceite y alimentos del país, se centrará a partir de ahora en el sorgo para producir etanol.

 

Por parte de EE.UU, hay claras señales al mercado indicando que volcará su producción de cereales y gran parte de sus oleaginosas, para atender a su demanda interna, por lo  que se retira, entre otros, como proveedor de maíz del mercado internacional. Pese a lo cual, aún estará insatisfecha su demanda de bioenergía.

 

La Situación Argentina

En éste punto, me permito transcribir la opinión que el Sr. Thomas Mielke, un reconocido y prestigioso especialista europeo, cuando como panelista en el seminario Agrotendencias 2007 y en Asagir 2007, que se realizaran en Buenos Aires, hace muy pocas semanas, mencionara: … el mundo demanda más soja y más girasol. La UE se ha convertido en el mayor importador mundial de aceites comestibles que sumados a China e India dan el cuadro de las principales demandas insatisfechas. EE.UU se ha convertido en un demandante y Brasil ha bajado su oferta exportable. Como suplidores, sólo quedan Malasia, Indonesia y Argentina.

 

El mercado mundial mira cada vez más a la Argentina como proveedor de soja y maíz (aclaración: Malasia e Indonesia, son básicamente productores de aceites de palma, de menor calidad para consumo humano y aptos para biodiesel). Tanto la soja como el trigo y el maíz, seguirán siendo importantes, pero se verán nuevos cultivos como la canola, la colza y el regreso de otros como el algodón. Argentina debe proteger el suelo para maximizar su producción a largo plazo. Tomen la tierra como una vaca lechera que cada día se debe ordeñar.

 

Prepárense, no pierdan tiempo, solucionen algunos problemas de infraestructura, desarrollen la tierra y prepárense para satisfacer una demanda mundial que está a la vuelta de la esquina.

 

Durante el próximo año, deben prestar atención a la demanda mundial, ya que otros productores como EE.UU no podrán abastecer, porque estarán avocados a solucionar problemas energéticos. La producción argentina, es la esperanza para el mundo en aceite de soja….

 

 

Carlos A. Torrico

Analista de Mercados

Consultor de Comercio Exterior

Julio 2007

 

En el próximo artículo se volcará el análisis a la situación Argentina: producción, estimaciones, inversiones del sector y aspectos técnicos como la comparación de los derechos de exportación de los aceites vegetales crudos y los aplicados al biodiesel.