Coronavirus – Estamos en Guerra contra el COVID -19? – Lic. Marcelo Rozas Garay

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Estos días escuchamos a varios líderes mundiales, incluso a nuestro presidente, decir que estamos en una guerra; en una guerra contra un enemigo invisible, al que pareciera que solo identificamos cuando ataca, produciendo heridos y bajas, es decir, contagiando o cobrándose vidas. Hemos sido atacados por sorpresa.

 

Al COVID – 19, lo caracterizamos como un enemigo que nos atacó con capacidades que no conocíamos y que no estábamos preparados para neutralizarlas. Solo sabemos que se moviliza rápidamente, se infiltra en nuestras filas, y que tiene alto grado de letalidad. Que su mayor vulnerabilidad son los misiles de jabón, y nuestra mejor arma defensiva es el aislamiento (la dispersión) ante la falta de la tecnología que nos hubiese permitido adoptar una operación ofensiva (atacarlo). Podríamos adoptar una actitud ofensiva y más agresiva como lo han hecho otros ejércitos, si pudiéramos testear más, aislarlo y controlar con tecnología su evolución. No la tenemos.

 

Al no poder testear lo suficiente, nuestra mejor arma defensiva, la dispersión o aislamiento, no siempre es aplicada correctamente por nuestra tropa y nuestros aliados, y nos convertimos en blancos fáciles ante cajeros de banco. No tenemos un plan claro. No diseñamos escenarios de impacto antes de implementar medidas.

 

Un comandante, aún sorprendido por un ataque, debe pensar, reorganizarse y planear. Debe tener un plan que sirva y convoque a sus aliados en la guerra, los gobernadores, los intendentes los partidos políticos, la sociedad civil, los empresarios. Un plan permite conducir, coordinar, cooperar, dirigir y apoyar. Es muy difícil acompañar ciegamente aquellos planes que no se conciben o no se conocen lo suficiente. Un conjunto de medidas y acciones no son un plan. El resultado de un plan es una orquesta en que cada uno juega su rol y la acción individual suma al conjunto.

 

Un comandante necesita un estado mayor, sus ministros, y de un estado mayor especial; de expertos que contribuyan a mejorar el plan y su implementación. El comandante tuvo una buena reacción ante el ataque inicial al buscar ganar tiempo y negarle al enemigo un mayor impacto en su ataque al ordenar aislarnos. Ha sido y es una buena estrategia.

 

No obstante, muchos miembros de su estado mayor hoy priorizar sus acciones personales visitando el frente de combate y publicitándolo, en lugar de concentrarse con sus equipos en un plan. Es cierto que la comunicación y el contacto con la gente es importante en esta guerra, pero muchas noticias se centran en que hizo personalmente el ministro. Noticias que se inician con el verbo: visite, controle, acompañe. Preferimos que anuncien como cobramos mejor, como nos vacunamos, como suman respiradores, como garantizo las cadenas logísticas, si usamos o no barbijo, etc.

 

La pregunta hoy es si estamos usando bien ese tIempo ganado para organizarnos y adoptar estrategias que nos permitan ganar la guerra.  La aglomeración de nuestra tropa en los bancos no es una buena señal. Favorece al plan del enemigo y no al propio.

 

¡Muchos pregonan que de esto se sale con más política! Yo sugiero, que, de esta guerra, si es verdaderamente una guerra, se sale con organización, coordinación y liderazgo que sume e integre voluntades y aliados. Toda guerra se conduce en un ambiente de incertidumbre y con menos información a la deseada.  No podemos esperar decidir o planear solo con certezas.

 

Lic. Marcelo Rozas Garay