Declaración de Arusha (Concerniente al Buen Gobierno y a la Ética en las Aduanas) – Lic. Jemilys Madeleine Pérez Hernández (desde Venezuela)

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Considerando la importancia que tiene el comercio internacional y el rol de las aduanas a nivel mundial como entes facilitadores, recaudadores, controladores y administradores de las diferentes actividades y operaciones que integran la dinámica del comercio internacional, resulta vital que los entes, organismos e instituciones encargadas de ejercer el rol o funciones de Autoridad Aduanera, puedan realizar dichas actividades y operaciones con la transparencia, veracidad, equidad, justicia y ética requerida, todo esto con la finalidad y objetivo primordial de prevenir los focos de corrupción, mediante prácticas aduaneras llevadas a cabo con integridad y ética.

En este sentido, el Consejo de Cooperación Aduanera, establece la denominada Declaración de Arusha (Concerniente al Buen Gobierno y a la Ética en las Aduanas) en su versión mas reciente del año 2003, emanada de la Organización Mundial de Aduanas, dicha Declaración surge como instrumento para fomentar el desarrollo de las actividades y operaciones aduaneras en un entorno comercial con altos niveles de transparencia, ética e integridad. Todo esto con la intención de combatir las prácticas fraudulentas y corruptas, permitiendo además la fluidez necesaria en las operaciones, puesto que se desarrollan en un ambiente de cooperación, donde se facilita el libre comercio y la protección de la seguridad de cada país o nación.

En base a las consideraciones anteriores, la integridad y ética constituyen elementos fundamentales en las funciones básicas de las aduanas a nivel mundial, las cuales se centran básicamente en la recaudación de ingresos, la protección de la comunidad, la facilitación del comercio y la protección de la seguridad nacional, todo esto a través de la buena gobernabilidad en materia aduanera, centrándose en los factores claves tales como: Liderazgo y Compromiso, Marco Regulatorio, Transparencia, Automatización, Reforma y Modernización, Auditoria e Investigación, Código de Conducta, Gestión de Recursos Humanos, Moral y Cultura Organizacional y Relación con el Sector Privado.

La función o visión primordial de la referida Declaración enfocada en los factores claves ya mencionados, se basa en hacer frente a las adversidades que puede generar la falta de ética, transparencia y veracidad en las prácticas comerciales y aduaneras, tales efectos negativos se traducen esencialmente en la reducción de la seguridad nacional y baja protección de la comunidad, así como el aumento del fraude fiscal lo cual se traduce en bajos niveles de recaudación e ingresos, además de generar un disminución de las inversiones extranjeras, incremento considerado de los costos que son asumidos por la comunidad (cliente final), todo esto genera incertidumbre y desconfianza, lo cual constituye barreras constantes al desarrollo del comercio internacional y por ende limita el crecimiento económico de los países.

En este mismo orden de ideas, la Declaración concerniente a la buena gobernabilidad y a la ética en las aduanas, busca combatir la corrupción, puesto que la misma puede afectar considerablemente el buen funcionamiento de cualquier sociedad y aminorar la capacidad de las aduanas para cumplir cabal y eficientemente con su misión y metas. Es por ello que la Declaración considera clara la posibilidad de erradicar la corrupción, a través, de esfuerzos y políticas de carácter nacional emanadas del Estado y adaptadas al comportamiento internacional, en beneficio de la cooperación entre las aduanas y administraciones a nivel mundial.

Como primer elemento o factor clave dentro de la Declaración se encuentra el Liderazgo y Compromiso, el cual se enfoca principalmente en que debe existir una visión y compromiso claro por parte de los Directivos de las aduanas, sobre quienes recaer gran parte de la responsabilidad de mantener altos niveles de ética, profesionalismo e integridad, evitando o erradicando todo indicio de corrupción que pueda llegar a afectar el libre y continuo desarrollo de las actividades y operaciones tanto comerciales como aduaneras, haciendo énfasis en el compromiso constante y permanente de cumplir con todos los lineamientos tanto legales como morales que estén establecidos. Los jefes y supervisores de Aduanas deben asumir un fuerte papel de liderazgo y aceptar un nivel de responsabilidad adecuado a sus funciones, basados en el Código de Conducta principalmente.

En segundo lugar como factor clave para erradicar la corrupción y desarrollar todas las actividades y operaciones aduaneras con ética y transparencia se encuentra el denominado Marco Regulatorio, puesto que es vital e importante que las leyes, normas y reglamentos, incluyendo las directrices administrativas y aduaneras, tenga claridad, certeza y precisión, además de estar en armonía y simplificadas (aceptadas internacionalmente), con el objetivo de facilitar primeramente su comprensión por parte de todos los actores o agentes involucrados en las actividades y operaciones comerciales y aduaneras, así como también facilitar su cumplimiento. Todo esto con la finalidad, de eliminar las trabas administrativas y reducir la duplicidad de los procesos y recursos. Además de estar ajustado a la Convención Internacional para la Simplificación y Armonización de los Procedimientos Aduaneros (Convenio de Kyoto revisado).

El factor clave denominado Transparencia constituye el tercer eslabón para fomentar la ética e integridad en el entorno aduanero, para erradicar la corrupción y estimular la cooperación entre las administraciones aduaneras. La transparencia defiende esencialmente el derecho que tienen los diferentes actores y agentes que participan activamente en la actividad aduanera, de contar con la información de forma oportuna y con un alto nivel de certidumbre, veracidad y previsibilidad. Todo lo referente al marco legal, debe tener fácil y libre acceso a los diferentes clientes y usuarios, y ser aplicadas de la manera más justa y equilibrada posible, con uniformidad y coherencia. También deben establecerse mecanismos y procedimientos administrativos para apelar y solicitar revisión de decisiones tomadas por las Aduanas o Administraciones Aduaneras, en beneficio de los usuarios y clientes.

Por otra parte, y gracias a los avances tecnológicos y de la comunicación e información, se encuentra el cuarto elemento o factor clave como es la Automatización, la cual facilita y mejora la eficiencia y efectividad de las actividades, funciones y operaciones aduaneras, además de disminuir las posibilidades de corrupción. Mediante la informatización como también se le conoce al proceso de automatizar los procesos, se puede reforzar la rendición de cuentas por parte de los funcionarios, directivos e incluso los usuarios, además de facilitar la circulación y fluidez de la información y datos.

Como quinto elemento o factor clave, se encuentra la Reforma y Modernización, todo esto con la intención de vencer la obsolescencia e ineficiencia en los procedimientos (lentos y engorrosos), puesto que facilitan la aparición de focos de corrupción, expresados en sobornos o comisiones extraoficiales de facilitación. Con la finalidad de evitar todas estas prácticas, las aduanas o administraciones aduaneras, deben procurar reformar y modernizar constantemente sus sistemas y procedimientos, abarcando todas las fases y etapas de la actividad y operación aduanera global.

Por otra parte, y como elemento fundamental en la erradicación de la corrupción y fomento de la ética, integridad y transparencia, se encuentra la Auditoria e Investigación, estas incluyen el establecimiento de mecanismos, sistemas y procedimientos de control interno e inspección, a través de programas de auditorías internas y externas, investigaciones y procesos judiciales. Todos estos programas, deben ser de forma equilibrada, fomentado los altos niveles de ética e integridad, y sancionando los elementos de corrupción y distorsión de la actividad, función y operación aduanera.

En séptimo lugar, se encuentra el Código de Conducta, el cual debe ser establecido (elaborado, publicado y aceptado) a fin de ser conocido y aplicado por parte de todos los funcionarios, personal y usuarios que integren la actividad y función aduanera. En dicho Código debe expresar claramente y sin ambigüedades el comportamiento tanto ético como profesional que se espera de cada funcionario en el desarrollo de sus tareas y funciones. Además, en el mismo de establecen las sanciones por el incumplimiento de las normas que se expresan en el Código de Conducta, siempre de una forma proporcional a la sanción, estableciendo disposiciones administrativas y legales adecuadas a cada caso.

Como octavo factor clave, se encuentra la Gestión de Recursos Humanos, que incluye la justa remuneración y salarios de los funcionarios aduaneros, verificar los procedimientos de selección y promoción del personal sean equilibrados, justos y transparentes, basados en el mérito. Además, incluye proporcionar la capacitación y adiestramiento constante del personal ya sea en su periodo de contratación y a lo largo de su carrera, en beneficio de su crecimiento tanto profesional como moral. La Gestión de Recursos Humanos también constituye verificar las decisiones referentes a la distribución, rotación y reubicación del personal, implementado sistemas apropiados de evaluación de desempeño que refuercen las prácticas sólidas y que motiven a los funcionarios de los diferentes niveles jerárquicos a tener una elevada ética personal y profesional.

En relación a la Cultura Organizacional en relación a la Moral, es vital y necesario que todo el personal en sus diferentes niveles deben estar involucrados activamente en el programa de anticorrupción y deben ser motivados a aceptar un nivel apropiado de responsabilidad con respecto a la ética en la administración. Y todo esto es posible, donde las prácticas de gestión de recursos humanos son justas y donde existen razonables oportunidades para el desarrollo y progreso en la carrera de cada persona o funcionario.

Y, por último, un factor realmente importante en el entorno aduanero, en beneficio de la transparencia e integridad, se encuentra la buena Relación con el Sector Privado, por lo cual las Administraciones Aduaneras deben fomentar y estimular la relación abierta, transparente y productiva con el sector privado. Además, los diferentes usuarios deben ser estimulados a aceptar un nivel adecuado de responsabilidad con relación al problema y para la identificación e implementación de soluciones prácticas.

La Declaración de Arusha, concerniente a la buena Gobernabilidad y la Ética en las Aduanas, constituye un elemento vital e instrumento para fomentar el desarrollo de las actividades, funciones y operaciones aduaneras de una manera transparente, confiable, veraz y ética, lo cual beneficia la cooperación entre las administraciones aduaneras de los distintos países, beneficiando el desarrollo y crecimiento del comercio internacional y por ende de las economías de los países involucrados. Dicha Declaración abarca tanto los elementos internos como el personal y la gestión del recurso humano, como los elementos externos como lo es la relación con el sector privado. Además la Declaración se ajusta a las nuevas tendencias del comercio mundial y a la evolución tecnológica como elemento para lograr la transparencia mediante la Automatización, la Reforma y Modernización de los sistemas y procedimientos, lo cual al final facilita las auditorias e inspecciones y la transferencia de datos e información con los usuarios y demás agentes y actores dentro de las operaciones aduaneras de cada administración, beneficiando la simplificación y armonización de las normas internacionales y la facilitación del comercio.

Lic. Jemilys Madeleine Pérez Hernández

Enero 2.021