El nuevo desafío del Mercado de Capitales
por Dr. Federico Rodríguez Olivera
Grandes cambios comenzaron a transcurrir durante el año 2012 en lo que refiere al Mercado de Capitales. El primer paso para este cambio se dio con el dictado de la ley 26.831, dejando sin efecto la antigua 17.811 del año 1968. Con este primer cambio se tuvo que esperar un año para el segundo paso, que fue el dictado del Decreto reglamentario, publicado en los últimos días de Agosto bajo el numero 1023 / 2013.
Ante la inminente necesidad del Estado de renovar la confianza en el mercado doméstico, esta nueva ley lo que intenta es dar y crear nuevas herramientas versátiles para todos aquellos que quieran participar en el mercado, tanto para los que ya se encontraban realizando la actividad hasta este momento, como también atraer a nuevos “jugadores a la cancha”, quienes pueden ser los ahorristas o las Pequeñas y Medianas Empresas.
El titular de la Comisión Nacional de Valores, el Licenciado Alejandro Vanoli, ha dicho que el nuevo marco legal “va a transformar al mercado de capitales y generará un mayor financiamiento, con bajas de tasas y mayores plazos, como se vio durante 2012, cuando subieron en promedio de 2 a 4 años en el caso de las obligaciones negociables”.
Con el nuevo marco regulatorio, se busca “educar” y quitar mitos o miedos instaurados en la gente y darles las herramientas necesarias para ingresar a un renovado Mercado de Capitales, en el cual todos puedan participar, atento a que los pequeños ahorristas o las Pymes se encontraban ante la adversidad de ser excluidas de préstamos o créditos por parte de los bancos, que por lo general le solicitan infinitos requisitos o las altas tasas de interés ante el préstamo solicitado, dando por inviable tal solicitud.
La diversidad que existe en el nuevo marco coopera a la integración, para que los nuevos pequeños y medianos inversores obtengan las suficientes herramientas para participar en este nuevo desafío de Mercados de Capitales.
Cito nuevamente en esta ocasión al Licenciado Vanoli, quien insiste en que “habrá un sistema financiero diferente en el que los actores centrales serán los ciudadanos con pequeños o medianos ahorros y las Pymes, que nunca fueron sujeto de crédito para los bancos y las grandes empresas”.
La ley y reglamentación han traído nuevos augurios, no sólo con la conexión entre los mercados y la integración, sino también en simplificar los trámites para las empresas a la hora de registrarse, ya que a partir de la reforma se hará una única presentación frente a la CNV, quien será la encargada del registro y seguimiento de la vida del agente y no en duplicado ante la Bolsa de Valores como lo era hasta la actualidad. Esto quita un malestar generalizado que existía al momento de las presentaciones, ya que la duplicidad de trámites ante estas dos entidades creaban una molestia por demás considerable y sólo generaba pérdida de tiempo para el agente.
Unos de los temas que mantuvo a todos en vela, fue lo que llamo el “fantasma del intervencionismo” del famoso Art. 20. Se ha despejado por todas las vías las intenciones estatales de entrometerse en la vida cotidiana de las empresas. La función de este artículo se basa en cuestiones de “facultades correlativas” por parte de la CNV. que ejerce un control o “poder de policía” a fin de evitar mayores abusos o desmedro en los derechos de los accionistas minoritarios. Entiéndase que la mala interpretación del articulado ha traído aparejado una suerte de zona liberada al estado para “entrometerse”, dicho de manera brusca, en asuntos internos de las empresas. A modo ilustrativo la CNV ya contaba anteriormente con estas facultades, pero el recelo del artículo provocó una gran repercusión o todas las vistas fueron a este fantasma, sin advertir la ley en su conjunto. Esto lejos está de crear un paralelismo con la justicia, adviértase que el agraviado podrá siempre contar con ella en respaldo de sus derechos.
Pueden y existen diferentes posturas acerca de la renovación de la Ley de Mercados. Se sabe que ante los cambios de estructuras de antaño se crea una suerte de inseguridad dando como resultado una controversia de ideas por parte de los receptores si no se da en el agrado de todos, pero existía una realidad innegable, la necesidad de un cambio, que un mercado se autorregule, dándose directivas para funcionar como también para sancionarse no entiende de lógicas desde ningún aspecto, por ello la necesidad real del cambio. Habrá que dar un tiempo prudencial para observar el desempeño de esta nueva reglamentación y así poder ver los resultados que arroja el cambio instaurado, para evaluarlos y saber si la transformación fue en mejora y prosperidad o no del Mercado de Capitales.
Dr. Federico Rodriguez Olivera
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