El presente de los Puertos agrícolas argentinos – Lic. Gabriel Alvarez

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El presente tiene como objetivo dimensionar el grado de importancia de los puertos agrícolas para el comercio exterior, con lo cual se ha considerado los principales como el de Bahía Blanca y el Gran Rosario (a fin de homogeneizar la unidad de análisis, bajo esta última denominación, se reunirán a todas las terminales ubicadas desde la localidad de Timbúes hasta Arroyo Seco).

Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en 2020 Argentina se encontraba tercero en el ranking mundial de agroexportadores, con un total de 99,3 millones de toneladas exportadas en la campaña 2020/21. Sólo por debajo de Brasil y Estados Unidos, por lo que vale decir que la integración de los puertos agrícolas mencionados es fundamental para el desarrollo del comercio internacional del país.

Mientras que, el puerto de Buenos Aires concentra gran parte del tráfico de la carga contenerizada, las terminales portuarias del Gran Rosario abarcan las exportaciones de cargas a granel como las harinas, los pellets y los aceites. En términos de volumen exportado, sobresale este tipo de cargas mientras que el resto se divide entre combustibles, productos refrigerados y carga en contenedor.

En este punto, se observa la importancia que tiene la Hidrovía Paraná-Paraguay para el desarrollo del comercio exterior argentino, ya sea vinculando los principales centros productivos del país o facilitando la salida de los buques graneleros. Las cuatro características más importantes de la Hidrovía Paraná-Paraguay para la Argentina son que aumenta las posibilidades de exportaciones, alienta el crecimiento de economías regionales, beneficia la producción del campo y favorece la integración económica argentina con los demás países que la conforman.

Además de la importancia de esta vía troncal navegable, el puerto de Bahía Blanca también concentra una considerable cantidad de exportaciones agrícolas y ofrece una profundidad de hasta 45 pies (13,7 metros) lo que le permite operar con buques de gran tamaño, para lograr este factor diferencial es necesario realizar obras de mantenimiento frecuentemente en el canal de acceso a las terminales portuarias.

En 1993, el puerto de Bahía Blanca se convirtió en el primer puerto autónomo argentino. Aún hoy sigue siendo el único puerto de aguas profundas del país con una superficie estimada en 2.300 km2, conformado por terminales portuarias especializadas en la exportación agrícola que cuentan con silos de acopio, muelles y zonas de recepción de camiones.

Durante el periodo 2000-2020 aumentó la cantidad de exportaciones gestionadas por los puertos del Gran Rosario y Bahía Blanca. Sin embargo, a pesar de que ambos sean los principales hubs logísticos por donde se transporta casi la totalidad de la producción agrícola nacional, por el bien del país es una lástima que aún no estén totalmente integrados a las mayores cadenas globales de abastecimiento por falta de atención.

Estos puertos agroexportadores siempre han sido receptores de inversiones, lo que a pesar de la inestable situación económica del país les permitió obtener un óptimo volumen de operaciones durante los últimos años. No obstante, aún se observan problemas estructurales; por ejemplo, se advierte que cuando hay que realizar grandes desembolsos en obras de infraestructura portuaria, no siempre el sector privado por sí sólo puede afrontar la totalidad de la inversión. Por lo tanto, sería conveniente que el Estado Nacional participe más activamente como inversor complementario. Conforme a lo observado, la Argentina se adeuda una estrategia marítima y logística integral de largo plazo para favorecer la exportación de su producción y mejorar el intercambio comercial argentino.

Lic. Gabriel Alvarez

Octubre 2.022