El Presidente del CDA Enrique Loizzo en importante reportaje

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A días de un nuevo aniversario del Centro Despachantes de Aduana (CDA), y a 3 meses de una nueva elección para renovar la comisión directiva, el presidente de la entidad, Enrique Loizzo, dialogó con Trade News y repasó algunos hitos de la gestión y el presente del comercio exterior.

“Estamos llegando al final de la cuestión…”, manifestó, sólo para aclarar rápidamente: “De esta primera gestión nuestra”.

Loizzo anticipó la voluntad de su comisión directiva por continuar al frente del CDA y enarboló sus tres pabellones detrás de los cuales pretende que los auxiliares del servicio aduanero se encolumnen: ética, participación y transparencia.

Con referencia a la ética, subrayó la creación del nuevo código de ética y del trabajo que lleva adelante una comisión “totalmente autárquica e independiente” de la comisión directiva del CDA, que ya está trabajando en 6 casos puntuales.

En relación con la participación, destacó el trabajo realizado por el equipo de comunicación en cuanto a redes sociales, y el servicio de información brindado a diario con un canal de Whatsapp que tiene ya 1800 suscriptos.

Pero, en este apartado, advirtió que lo más relevante fue la incorporación a partir de la próxima gestión de tres miembros del interior como vocales titulares, uno por cada región: norte, centro y sur, con presidencias pro témpore. “Somos todos pares, y cada comisión directiva de las corresponsalías y filiales es un brazo de la comisión directiva del CDA”, indicó.

Por último, respecto de la transparencia, puntualizó como hecho histórico la incorporación de dos revisores de cuentas (uno titular y uno suplente) en representación de la lista que pierda las elecciones. “Los revisores controlan las finanzas del centro. Con un control compartido, al finalizar la gestión el balance estará firmado por todos. Eso es transparencia”, ilustró.

–Recientemente obtuvieron la media sanción en el Senado del proyecto de colegiatura…

–Si, es una idea de casi 20 años. Reformulamos el proyecto anterior y creamos una comisión especial. El Senado le dio media sanción, sin ningún tipo de observaciones y ya fue girado a Diputados, donde lo están estudiando en las comisiones de Legislación General y Economía. Estamos muy contentos, en escasos 8 meses sacamos la colegiatura, por lo menos la media sanción, y estamos convencidos que va a salir este año. Y será histórico: se trata del primer colegio de profesionales de carácter nacional.

–¿Qué otro hecho destaca de su gestión?

–Empezamos la gestión con el problema del fondo común solidario. Esa sí que fue una herencia, algo que no sabíamos para nada. Y no lo resolvimos de manera temporal, sino para siempre. Ahora la actividad está garantizada con un seguro de caución global y recientemente renovamos la certificación como entidad garantizante. Además, tenemos la seguridad de que los fondos son extremadamente suficientes y podemos seguir incorporando socios.

Junto con la colegiatura, la posibilidad de caucionar fue un hito que marcó nuestra gestión. Arrancamos con una espada de Damocles: teníamos 15 días para resolver (una deuda con la AFIP para integrar los fondos necesarios para cubrir las garantías). Nuestra primera acción como comisión directiva fue presentar una cautelar y conseguimos una prórroga de 180 días. Pero transcurrido el plazo, los despachantes iban a tener que pagar una diferencia de $ 30.000. Casi 500 personas vinieron a esa asamblea, muchos con lágrimas porque no podían pagar esa suma. Seguimos trabajando en algo que el Estado nunca quiso: garantizar la actividad con un seguro de caución. Pero demostramos que se podía hacer, y lo aceptaron. Se acabó el problema. Para siempre.

–¿Por qué quieren seguir?

–Porque estamos trabajando bien, tenemos un proyecto de largo plazo para jerarquizar la profesión y seguir mejorando la vida institucional. Logramos un centro abierto, con una comisión directiva que tiene los mismos problemas que todos los despachantes, y queremos devolver (con hechos) la confianza que depositaron en nosotros.

–¿Qué resta por hacer?

–Seguir en la mejora. Dotar al despachante de la mayor cantidad de tecnología posible porque estamos en un momento de mucho cambio y queremos ser el nexto entre el despachante y el sector público en esa actualización. Tenemos una muy buena relación con el sector público, honesta y transparente. Y no quiere decir que sea genuflexa, sino que nos quejamos de lo que está mal y apoyamos lo que está bien.

–¿Cómo está el nivel de trabajo?

–Flojo. Exactamente como el país. La recesión se ve en la calle y la sentimos nosotros. El comercio exterior, la producción y el mercado interno se achicaron. Se produce e importa menos porque no hay consumo. Hoy estamos en un 30 a 35 por ciento por debajo de los niveles de 2009 a 2011, que fueron los picos de exportaciones. Empezó a caer la actividad en 2015, con las DJAI. Luego, en 2016, comenzó a repuntar, cuando se reemplazaron por el sistema de licencias de importación. Hoy, las no automáticas, salen con fluidez y la Secretaría de Comercio atiende rápido las solicitudes.

–¿O sea que la modernización del Estado se nota?

–Sí, hay mejoras en los procesos informáticos, sobre todo en aquellos donde había intervenciones de terceros organismos. El TAD (trámite a distancia) mejoró muchos los procesos, el Senasa, por ejemplo, tiene más celeridad, con lo que se acortaron los tiempos y se bajaron los costos (administrativos).

–En materia operativa, por un lado, y de política del comercio exterior, por el otro: ¿Qué destacaría y qué criticaría del Gobierno?

–Los importantes niveles de informatización que se lograron, por un lado. Seguimos complicados en la parte operativa en los tiempos de retiro de la mercaderías;  los 5 días (del forzoso) siguen siendo un problema operativo que tenemos que solucionar para que mejoren los costos de nuestros clientes, porque somos parte de esa cadena.

–¿Mejoraron los índices de canales rojos?

–Sí, mejoraron.

–¿Subieron los naranjas, para compensar?

–Se siguen manteniendo, pero algunos naranjas normativos se achicaron, y eso ayuda.

–¿Qué explicación tiene que, con la baja de la actividad, la mercadería no pueda retirarse dentro del forzoso?

–No hay plata para pagar el despacho…

–¿Pero tienen una medición de esto?

–No, es un dato de la realidad, que se junta con problemas operativos de todos los días. Es decir, a diario pasa que vamos a verificar y surge alguna diferencia de clasificación arancelaria. Lo bueno es que con el SUCO (sumario contencioso) se puede discutir una controversia sin esperar la decisión del juez administrativo, sin que la mercadería quede retenida. Hubo un caso, en diciembre, por la que se detuvo una mercadería por una controversia clasificatoria. La sentencia fue favorable al importador y se pagó una infracción (al Estado) de 1000 pesos. Pero duró 3 meses, y hubo que pagar 40.000 dólares de almacenamiento… Pero muchas veces estás dentro del forzoso y en condiciones de retirar, pero el cliente no tiene la plata para pagar el despacho.

–¿No le va a salir más caro no retirarla?

–Sí, pero no hay plata. Y el costo de pedirle al banco es altísimo, y así se van generando demoras.

–Y la política respecto del comercio exterior, ¿cómo la valora?

–Es muy importante tener una política exportadora, y hoy hay un proyecto (Argentina Exporta 2030). Y es sumamente interesante el acuerdo con la Unión Europea. Pero tenemos costos internos altos, y aún con política exportadora tenemos derechos de exportación que, para las pymes, implica un costo financiero muy alto porque las exportaciones a veces se cobran pasados los 120 días, y los derechos se abonan, en el mejor de los casos, a los 90 días. Si bien hay un tope del 12%, con el valor actual del dólar estás entre un 7 y 8 por ciento (de alícuota de derechos). Es un costo.

–¿Es equiparable a la tasa de estadística en importaciones?

–La tasa es un arancel encubierto y también un costo muy alto, y directo.

Este viernes, los despachantes festejarán el 107° aniversario de la fundación del CDA. “Cumplimos casi el 99% de lo que prometimos en la plataforma de 2016. Quedan cosas chicas, ya implementadas, que necesitan continuidad”, dijo Loizzo, de cara a las elecciones del 26 de noviembre.

“Algunos dicen que en política no podés hacer todo lo que prometés”, concluyó el directivo, y agregó: “No somos políticos, somos directivos del Centro Despachantes de Aduana”.

 

Nota publciada en TradeNews

Fuente: CDA