La hora de la reconversión energética desde el ahorro – Cdor. Pedro Ríos

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La evolución del sector energético argentino, dependiente del gas natural en más de un 50%, nos ha hecho transitar por infinidad de escenarios, desde el excedentario con libre exportación al deficitario con importación y sustitución de recursos energéticos.

 

El ingreso de energías renovables a escala global es un camino que se ha iniciado a instancias de la existencia de un gran potencial de generación eólica y solar, pero como complemento de la energía generada por la explotación de recursos naturales, más que una sustitución plena de la misma.

 

El componente primordial de las energías renovables es el bajo impacto que su uso genera en el cambio climático y sin dudas su desarrollo a nivel global será intenso y extenso.

 

La República Argentina cuenta con potencial en energías convencionales, principalmente a partir del salto tecnológico que permite extraer petróleo y gas natural “de las piedras”, de las cuales Vaca Muerta puede ser de calibre mundial.

 

La capacidad generadora de energía de Vaca Muerta y con una premisa de ingreso de energías renovables en forma sostenida, determinan la necesidad de que el desarrollo de todos los recursos se realice “hoy”, ya que tal vez “mañana” su importancia decline, más rápido cuanto más intenso sea el impacto global del cambio climático y mayor la voluntad del mundo de usar energías “más limpias”.

 

Cualquiera sea el escenario, mantenimiento del “status quo”, convivencia ordenada con migración pausada y pautada o irrupción potente de las energías renovables, lo que no se percibe en el horizonte energético argentino es que haya un escenario de energía barata.

 

La naturaleza, la geografía, la tecnología y la escala son factores preponderantes en la gestión de la energía y definen su costo, que en un contexto global es mayor que el que enfrentan regiones o países con una ecuación más favorable, casi siempre apoyada por las condiciones naturales.

 

En la Argentina hemos convivido con períodos de precios bajos que no siempre estuvieron alineados con costos bajos, por lo cual la brecha fue cubierta con subsidios, forma indirecta de alinear precios con costos.

 

El escenario que se espera para el sector energético argentino es de menos subsidios y por ende precios elevados en el final de la cadena, independientemente del origen de la energía que se consuma para el desarrollo nacional.

 

El impacto directo de la reducción/eliminación de subsidios es en el usuario final de todo tipo de energías. Es aquí cuando surge la primera motivación para evaluar la posibilidad de generar una “reconversión energética” para mitigar el impacto del escenario esperado de sostenido aumento del costo de la energía o más específicamente la necesidad de una mayor alocación de recursos a un bien esencial para el desarrollo.

 

 

Condiciones de contorno contempladas

  • Los recursos energéticos disponibles son finitos y su reemplazo oneroso
  • La gestión para sostener la demanda de energía necesita inversiones significativas aún para la 
producción propia
  • El reemplazo de energía producida en el país por energía importada es posible, pero a precios más 
elevados.
  • La inclusión de energías renovables es un proceso en desarrollo con tecnología disponible y recursos 
abundantes, pero su implementación se corresponde más a un plan de mitigación del cambio 
climático que a un recurso para reducir precios.
  • El usuario final actual no tiene posibilidades de reducir sus costos si no es por un esquema de menor 
consumo.
  • La implementación de procesos de eficiencia energética son un camino para generar consumo 
eficiente, pero su implementación es dificultosa para instalaciones existentes y demandan inversiones actuales para percibir ahorros en el futuro, que no son fácilmente cuantificables ni financiables.
  • El proceso de incremento de precios se generó en plazos muy acotados, limitando las chances de reconversión o migración entre sistemas energéticos. Para el usuario final no se presenta un horizonte certero de evolución de valores de distintos tipos de energía, dificultando cualquier toma de decisión en ese sentido.
  • Pautas posibles para el desarrollo de un proceso de mitigación de costos y reconversión energética.
  • La tecnología disponible permite acceder a nuevas energías en plazos muy cortos.
  • La reconversión planteada permitiría ayudar en el proceso de mitigación del cambio climático, con el 
uso de recursos renovables.
  • La dispersión del universo de usuarios de energía en sus distintos tipos conlleva la limitación de que 
el proceso no sería factible para todos y demanda una segmentación en base al potencial de ahorro 
entre el uso de energía actual y el esquema futuro.
  • La reconversión en usuarios actuales no necesariamente debería plantearse en la totalidad de la 
energía sino en su complementariedad con porciones a ser cubiertas generando ahorros netos y la potencial disminución y dependencia de energías de origen fósil. 
La base de una propuesta global que sea motivadora para el usuario final es que la inversión necesaria para la reconversión o mejora de eficiencia se financie con el ahorro futro en el consumo. 
Un ejemplo de migración con ahorro lo he considerado de un análisis de un caso simulado en la zona del Alto de Bolivia, sin acceso al gas natural y con una adecuada disponibilidad de radiación solar. La simulación consistió en replicar la curva de calentamiento de un aula generada por dos radiadores eléctricos de aceite por un conjunto de colector solar para el calentamiento de agua con un termotanque acumulador y reemplazando en el habitáculo los dos radiadores eléctricos por un radiador de agua del tipo automotor y un pequeño ventilador detrás del mismo. El consumo eléctrico de los radiadores de aceite para el mismo perfil de calentamiento resultó 10 veces superior al consumo eléctrico del conjunto bomba de presión más ventilador del sistema solar, sin afectación de las condiciones de seguridad.

 

El ahorro de costos en términos de consumo es la variable más motivadora y sin dudas muy atractiva en muchísimos casos. El componente de inversiones es el elemento limitante, no tanto por su repago, sino por la capacidad y disponibilidad del usuario de afrontar erogaciones significativas sobre los aumentos de costos inevitables e ineludibles que ya son parte de su cotidianidad.

 

Una forma de generar beneficios al usuario y favorecer el uso de energías de menor impacto ambiental, sería el uso de una Unidad de Energías Equivalentes (UEE) para generar un ranking de potenciales usuarios reconvertibles, donde a mayor UEE mayor ahorro potencial y liberar al usuario de la inversión con una ecuación que potencialmente sería:

 

Ahorro Potencial: 100 % UEE
Alocación Para Inversiones: 50 % UEE
Alocación Para Financiación: 20 % UEE
Alocación Para Mantenimiento: 5 % UEE
Beneficio Instantáneo Usuario: 25% UEE
Alocación Para programas de Eficiencia Energética post repago: 15 % UEE Beneficio Post Repago Usuario: 100 – 5 – 15 = 80% UEE

 

De poder implementarse un esquema como el propuesto, los beneficios para el usuario serían instantáneos e incrementales con el tiempo, la financiación tendría alta certeza de cobro ya que aplica sobre recursos existentes (el pago actual de la energía) y se generaría una replicación de generación de empresas o mini empresas de mantenimiento, similares en prestación al mantenimiento de ascensores.


Localmente podemos pensar en la implementación de esquemas de reconversión con ahorro en edificios con calefacción central, casas particulares de alto consumo, organizaciones civiles como clubes y cooperativas y aún en escuelas donde se usa gas licuado para calefacción o aún en las que con mayor nivel de seguridad utilizan calefactores de tiro balanceado.

 

En el rango de tecnologías disponibles en el mundo para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y actuar con responsabilidad respecto al medio ambiente, podemos ir desde los simples, pero efectivos “pozos canadienses o provenzales” hasta los sistemas integrados de alta prestación como los sistemas geotérmicos. Todo está disponible, es nuestra la decisión de promover su uso.

Cdor. Pedro Ríos