El 14 de abril el Fondo Monetario Internacional actualizó sus proyecciones de crecimiento global de hace tres meses indicando que se espera que la economía global experimente la peor recesión sobrepasando la profunda caída de la Gran depresión, que siguió a la crisis financiera global de hace una década.
La pandemia cambiará al mundo de manera permanente y profunda. Aunque los países puedan controlar la difusión del COVID-19 en los próximos meses habrá consecuencias políticas, económicas, tecnológicas, legales y ambientales que perduraran muchas décadas.
Desde una perspectiva económica, además de la posibilidad que se desarrolle una guerra comercial planetaria, se puede avanzar hacia un esquema capitalista robustecido, a un socialismo de estado o la búsqueda de una sociedad global de bienestar con acuerdos de complementación, ayuda solidaria a los más postergados y cumplimientos de todos los acuerdos para mantener y mejorar el planeta .Invirtiendo además en proyectos de producción y exportación en países postergados que como aspecto adicional serían mercados nuevos para los países centrales.
El futuro próximo se puede imaginar dificultoso y con impedimentos para exportar aun teniendo productos competitivos en calidad y precio.
Como nos movemos hacia la próxima fase de la crisis COVID-19 en muchos países los gobiernos tienen una chance única por iniciar una recuperación inclusiva y ambiental que ellos deben diseñar para enfrentar la crisis, mejorar las condiciones de vida y cuidar el medio ambiente.
Una recuperación que no solo provea ingresos y trabajo, si no también objetivos de bienestar, integrando fuertes acciones en protección del clima y la biodiversidad y construyendo un sistema más equitativo.
Es necesario promover las exportaciones otorgando a los exportadores beneficios impositivos, tasa de cambio competitiva y apoyo logístico estratégico.
Nuestro gobierno, necesitado de dólares aplica una tasa de cambio al exportador que le resta una diferencia, al día de hoy, mayor al 35% de las divisas ingresadas caso único en el mundo y además aplicando excesivos impuestos internos que le resta competitividad a nuestras producciones.
En el escenario internacional se desarrollará una guerra comercial despiadada por mantener sus mercados con el apoyo estratégico de sus gobiernos y respaldo financiero a tasas mínimas.
Los productores argentinos son perjudicados por la aplicación por el gobierno de tasas de cambio diferenciales que en muchos casos le impiden exportar. La industria argentina produce máquinas y equipos de calidad internacional, maquinaria agrícola, máquinas y equipos para la industria, equipos nucleares para investigación, satélites, industria náutica entre otros producidos por Invap que es reconocido mundialmente por sus equipos y satélites. Al productor calificado y competitivo le liquidan las divisas que genera con su esfuerzo para tener calidad internacional, al tipo de cambio oficial.
La consecuencia de esta política errónea que afecta no solo a los commodities, también a máquinas y artefactos, equipos médicos, instrumentos, medicamentos, software, servicios de consultoría científica, tecnológica, diseño arquitectónico, software, construcción de plantas llave en mano y alimentos procesados y fraccionados.
Además, el productor agrícola que es el principal aportante de divisas al país sufre retenciones y tipo de cambio con retenciones adicionales.
El gobierno argentino debe tomar la iniciativa y convocar a empresarios y técnicos de cancillería y comercio exterior para analizar una profunda reforma al sistema legal, impositivo y cambiario para impulsar y promover las exportaciones.
Posteriormente, se debería convocar a traders y brokers profesionales de trayectoria internacional para que participen en el diseño estratégico de la exportación de productos argentinos industriales.
El presidente deberá comprender que el sistema impositivo y cambiario de Argentina desalienta la exportación!!!
Además, ante la crisis, que se agudizara en poco tiempo y cambiará las reglas de juego incrementando las diferencias entre la periferia y el centro, Argentina debe reaccionar y liderar la búsqueda de una integración avanzada con todos los países latinoamericanos para lograr la independencia tecnológica y la mejor integración productiva en sectores estratégicos. Con la base de los acuerdos preexistentes, desde ALALC, ALADI, Mercosur, Alianza del Atlántico entre otros.
Brasil y Argentina poseen tecnologías competitivas en campos que podemos considerar críticos como el de energía nuclear. Invap está construyendo un reactor nuclear de baja y media potencia (Carem) y es reconocido mundialmente por su diseño y producción de satélites. Brasil puede integrar a su industria aeronáutica para proveer aviones de pasajeros a toda la región. Nuestro país tiene astilleros y tecnología para producir barcos. Astarsa está en procesos de reactivación ¡¡¡recordemos que ese astillero exportó barcos a Alemania!!!
Para completar el aspecto satelital Argentina puede avanzar en el proyecto de producir un lanzador satelital en un proyecto financiado por los países latinoamericanos que atienda las necesidades de América latina y exporte. También contamos con una sólida industria farmacéutica que exporta compitiendo con el mundo.
Es importante que nuestro presidente actúe con rapidez instruyendo a la cancillería para que diseñe la estrategia para convencer a nuestros hermanos latinoamericanos de la necesidad y urgencia de esta situación crítica que ya ha cambiado el planeta!!
Fuentes: OMC-FMI-UNIDO
Rogelio Esteban Asteggiano Scotto