Milla 201 – La realidad sobre el conflicto en el límite de la ZEE – Lic. Jorge Gabriel Álvarez Ramírez

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Empecemos definiendo que es la Zona Económica Exclusiva (ZEE). Así se denomina a la franja marítima que se extiende desde el limite exterior del mar territorial, es decir, 12 millas náuticas (22,2 kilómetros) desde la línea de base (delimitadas por Ley N.º 23968) hasta 200 millas náuticas (370,4 kilómetros) en contacto con la plataforma continental.

Dentro de esa jurisdicción los países tienen soberanía sobre la explotación, exploración y conservación de recursos vivos y no vivos que se encuentran en dicho mar territorial, así como sobre el espacio aéreo, el lecho y el subsuelo marítimo.

La Zona Económica Exclusiva es un manantial excepcional donde se encuentran todo tipo de recursos naturales:

  • Diversidad de fauna ictícola, con presencia de especies codiciadas a nivel mundial como la Merluza Hubbsi, la Merluza Polaca, la Merluza de cola, el Calamar Illex Argentino y el Langostino.
  • Yacimientos minerales combustibles o energéticos que incluye a los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo, el gas y los hidrocarburos naturales.
  • Fuente de energía marina, es decir, energía renovable transportada por las olas del mar, las mareas, la salinidad y las diferencias de temperatura del océano.

Argentina posee 4.725 kilómetros de litoral marítimo y su Zona Económica Exclusiva (ZEE) abarca 1.529.585 km2, posicionándose dentro de los 25 países con mayor soberanía marítima del planeta como Estados Unidos, Canadá, Chile, Brasil, México, Francia, Rusia, entre otros.

En nuestro país, gran parte de las operaciones ilegales llevadas a cabo en la ZEE, son realizadas por buques de bandera extranjera, en su mayoría de países asiáticos, que llegan al territorio de forma masiva. La pesca ilegal realizada por dichas embarcaciones sucede dentro de las 200 millas y se vuelven a mover hacia la milla 201 solo si detectan la presencia de controles de la Prefectura Naval Argentina. Gracias a esta maniobra se encuentran liberadas de una posible infracción e imposibilita la acción por parte del Estado argentino, lo que la convierte en un área gravemente vulnerada por la práctica de la pesca ilegal.

En su mayoría, se trata de buques poteros de porte pequeño y mediano dedicados principalmente a la pesca de calamar (este producto tiene una altísima demanda internacional) que por medio de poteras o jiggins, iluminación y otras técnicas, pueden obtener más de 20 toneladas por recolección.

Asimismo, gracias al avance tecnológico y al desarrollo de la industria pesquera mundial, existen buques soportes denominados nafteros que abastecen de combustibles a los buques poteros para evitar el regreso de estos a tierra firme en busca de suministros. Este factor hace que la depredación se aún más acelerada.

Recientemente, en un acto realizado en febrero de este año, el ministro de defensa, Jorge Taiana, anunció la creación del Comando Conjunto Marítimo, que tendrá la misión de supervisar la presencia de buques y naves en la Zona Económica Exclusiva de las 200 millas marítimas argentinas. “La creación de este Comando se tomó ante la conveniencia de avanzar de manera conjunta con las tres Fuerzas en las tareas de custodia de las aguas argentinas”, precisó el funcionario.

Las tareas de control y patrullaje en la ZEE se llevan adelante a bordo de medios navales, aeronavales y aeroespaciales puestos a su disposición para tal fin. Entre ellos se destacan la participación de los patrulleros oceánicos ARA “Bouchard”, ARA “Piedra Buena” y el recientemente adquirido ARA “Storni”, provistos con sensores y sistemas de armas de última generación, 2 aeronaves (1 bimotor y 1 Airbus militar) y 1 helicóptero.

Tomando como referencia el año 2020 (el año de la pandemia), la actividad pesquera argentina presentó una caída del 21% del PBI frente al año 2019, a pesar de ello, el sector le aportó a la economía 1.300 millones de dólares aproximadamente, de los cuales 100 millones equivalen a retenciones.

Por todo lo mencionado anteriormente, vale decir que nuestro mar requiere mayor presencia de las fuerzas gubernamentales destinadas a tal fin, y por eso el estado debería brindar las herramientas necesarias para que las mismas puedan realizar su trabajo eficientemente, protegiendo los recursos naturales y bienes comunes de todos los habitantes de nuestro país.

Es, a su vez, necesario establecer una Política Oceánica Nacional que abarque todos los aspectos mencionados y defienda la conservación y el correcto manejo de nuestros recursos naturales.

Lic. Jorge Gabriel Álvarez Ramírez

Licenciado en Comercio Internacional. Titular de Aduana Consultoría en Comercio Exterior.