Responsabilidad ambiental social empresaria sostenible – R.A.S.E.S – (ex R.S.E.) – Dr. Victor M. Lang
Si pasamos al análisis del Marco Conceptual de la AECA (Asociación Española de Contabilidad y Administración), la primera conclusión a resaltar sería la aparición del concepto de Responsabilidad Social, es decir se acepta de forma contundente que la actuación de las empresas tiene un límite. Su ética de comportamiento debe ser tan importante como su actuación económica, pero debería especificarse en el Marco que esta responsabilidad ambiental y social afecta a tres áreas: Su comportamiento con el entorno físico, sus relaciones con la comunidad, y con los recursos humanos que utiliza.
Por lo tanto la definición de Responsabilidad Social y Ambiental debería estar matizada y explicada de forma que se introduzcan conceptos que vayan a la búsqueda de entender la actividad empresarial como una actividad a desarrollar en un sistema abierto, es decir lo que recibe del medio natural y las personas debe ser reintegrado en tales condiciones que la naturaleza pueda insertarlo de nuevo en el sistema, y asumir que dentro de su responsabilidad ambiental y social toda actividad que daña de forma irremediable el medio ambiente debe ser eliminada.
Entre estos conceptos a incluir el primero sería la definición del entorno físico al ser éste el lugar donde se desarrolla cualquier actividad económica y sabiendo que el problema socio-medioambiental generado por ésta tiene dos características básicas: Que es Atemporal y que es Universal; es decir, se da en cualquier momento del tiempo y con mayor o menor gravedad en cualquier parte del mundo.
El segundo concepto a definir sería la inclusión entre los rasgos que definen el entorno a las Externalidades, es decir los problemas originados por la contaminación, el agotamiento de recursos naturales, etc. que pasaremos a las generaciones futuras y en consecuencia debería, y eso sí es cultural, empezar a establecer criterios de definición y de información acordes con una nueva ética que se corresponda con el respeto que debemos al entorno natural donde nos movemos.
Otra conclusión importante es la necesidad de reelaborar el concepto de objeto económico como consecuencia de la existencia de las externalidades que pueden entenderse como intercambios de la empresa con su entorno, con lo que sí se cumple con la característica de la economía ortodoxa les asigna de ser algo susceptible de intercambio.
En cuanto a los usuarios de la información contable y financiera, el Marco Conceptual introduce al público en general y a la colectividad globalmente considerada, lo que es aceptable ya que el impacto medioambiental y social afecta a los recursos naturales que son de propiedad común y a las mismas personas, en consecuencia queda ligada que la relación entre contabilidad , ecología y salud surge de la consideración que se hace respecto a los derechos de propiedad de estos bienes que se deterioran y a los derechos personales y sociales.
Referido a las características cualitativas de la información contable y financiera definidas en el Marco Conceptual, son perfectamente aplicables al problema medioambiental y social, puesto que si establecemos que existen múltiples usuarios de la información financiera, entendida ésta como un todo donde se incluye las especificaciones socio-medioambientales de la actividad de la empresa, se ha de suponer que la información estrictamente socio-medioambiental ha de cumplir, al menos, los mismos requisitos, que se le exige a la información financiera general: La Relevancia, Comprensibilidad, Comparabilidad, Fiabilidad y Oportunidad.
Por lo tanto, es necesario la inclusión del medio ambiente y las personas como elemento esencial para el cumplimiento del corolario de toda información contable y financiera que es la Imagen Fiel, para lo que se necesita:
Que el ordenamiento jurídico sea flexible (dominio del Fondo sobre la Forma), ya que muchos hechos medioambientales sólo pueden ser reflejados, en un primer momento, como información cualitativa.
Una profesión con la formación técnica y ética necesaria para el adecuado ejercicio del criterio personal en la aplicación flexible de la regulación. Hay que introducir el medio ambiente y las personas como un contenido teórico que se imparta en los distintos niveles educativos para así conseguir un cuerpo de profesionales que asuma la ética socio-medioambiental como parte importante en su formación técnica y ética.
Un conjunto de principios y normas de contabilidad que sea congruente con el entorno económico y social en el que opera el sistema contable y con las necesidades informativas de los usuarios. El medio ambiente y las personas forma parte de dicho entorno y afecta a las necesidades de muchos usuarios.
Para todo ello, es necesario dar pautas comunes que permitan identificar los hechos socio-medioambientales que se generan en la actividad empresarial y su clasificación para poder después establecer criterios de homogeneidad en cuanto, al reconocimiento de dichos hechos, a su contabilización y a su inclusión en la información contable y financiera lo que permitiría la comparabilidad de ésta. Si no existe una definición normalizada, desde el punto de vista contable de los hechos socio-medioambientales y sus consecuencias, además de la obligatoriedad en su aplicación, seguiremos con los mismos problemas a la hora de la toma de decisiones por parte de los usuarios de la información ya que ésta seguiría siendo sesgada, incompleta, no uniforme, con lo que pierde su utilidad.
Otra conclusión importante es la dificultad de cuantificar muchos de los hechos socio-medioambientales, sobre todo los relacionados con los efectos que la actividad empresarial genera en el entorno, lo que también incide en la necesidad de normalizar la información de tipo cualitativo a suministrar. Es decir, establecer un modelo que puede estar en la misma línea del aportado por la AECA en su Documento nº 13, lo que permitiría no sólo conocer la política socio-medioambiental de la empresa y sus objetivos, sino además el cumplimiento de la legislación que le afecta, el conocimiento de los objetivos que se han alcanzado en cada ejercicio y su comparación con los precedentes, etc.
Es necesario que los organismos técnicos (IASB) y públicos con responsabilidades procedan a efectuar una definición de las diferentes partidas (gastos, ingresos, activos y pasivos socio-medioambientales) que permita su separación en el Balance de Situación y en la Cuenta de Resultados, obteniendo así la información necesaria sobre la cuantía de estas inversiones y su comparación con ejercicios anteriores. El Plan General de Contabilidad considero que es la herramienta más directa y práctica para la homogeneización de la información que permita que ésta sea uniforme y en consecuencia comparable.
Dr. Victor M. Lang
Marzo 2.021
Contador Público Nacional (UNdL); Master en Dirección y Administración (ITAE, España); Diplomado en Administración Pública y Políticas Sociales (UNC); Esp. Emprendedores, Lideres y Negocios (Berkeley University – Columbia University N.Y – Harvad y MIT en Boston. USA); Profesor Universitario. Integrante Consejo Asesor del CECYT de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Cs. Económicas, desde 2015.