Responsabilidad social empresaria – Una nueva forma de hacer negocios

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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA – UNA NUEVA FORMA DE HACER NEGOCIOS

 

por Lic. Marcela Torres

 

Hacia finales de la década de los setenta y principios de los ochenta, y como consecuencia de la creciente importancia de la empresa en el entorno socioeconómico, comienza a tomar mayor trascendencia el concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) que parte de la apreciación del importante papel que la empresa desempeña en el contexto social y del considerable impacto de sus actuaciones. Sin embargo, la RSE empieza a tomar especial interés a partir de las quiebras de Enron y WorlCom donde se cuestionan los estándares sobre la ética de los negocios y se comienzan a modificar la gestión y el comportamiento organizacional.

 

¿Qué es la RSE?

 

La Responsabilidad Social Empresaria no tiene una definición universal precisa, quizás porque abarca una multiplicidad de ámbitos. Sin embargo, todas ellas coinciden en que la RSE abarca la relación de la empresa con la comunidad, el medio ambiente y sus grupos de interés, así como la responsabilidad que las empresas deben asumir por los efectos y el impacto que su actividad tiene sobre el medio social y ambiental.

Para el Libro Verde elaborado por la Comisión de las Comunidades Europeas la RSE “Es la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores”.

Esta nueva forma de hacer negocios implica pensar de manera estratégica acerca de un retorno previamente proyectado, basado en cómo hacer para optimizar el “impacto” de los recursos y las donaciones que normalmente se aportan a la sociedad y a su entorno. De esta manera las empresas invierten en su futuro, esperando que este compromiso voluntario repercuta en un incremento de la rentabilidad y contribuyendo al mismo tiempo al logro de los objetivos sociales y medioambientales, elevando los niveles de desarrollo social, protección medioambiental y respeto de los derechos humanos, integrando la RSE como inversión estratégica en el núcleo de la estrategia empresarial, sus instrumentos de gestión y sus actividades.

Cuando una empresa actúa de manera socialmente responsable es porque en la  visión de sus negocios incorpora el respeto por los valores éticos, las personas, las comunidades y el medio ambiente, materializándose a través del desarrollo de proyectos y acciones relacionadas con la comunidad en la que se encuentra inserta.

La RSE incluye una dimensión interna enfocada hacia prácticas responsables en el tema social como ser la inversión en recursos humanos, la salud, la seguridad, la gestión del cambio y  prácticas respetuosas con el medio ambiente fundamentalmente en la gestión de los recursos naturales utilizados en la producción. La dimensión externa está dirigida hacia el respeto al medio ambiente y al compromiso de ayudar al desarrollo económico y social de la comunidad, así como la utilización de prácticas comerciales responsables con sus clientes, inversionistas, proveedores, contratistas y distribuidores y, por último, con la sociedad y el Estado.

De la Responsabilidad Económica a la Responsabilidad Social Empresaria

 

En el origen de la teoría de la RSE se sitúa la discusión acerca de cual es la función de la empresa en la sociedad y si dicha función es meramente económica o tiene un alcance mayor.

En la década del setenta, Milton Friedman, planteaba que la única responsabilidad de la empresa era la maximización de los beneficios, optimizando el uso de los recursos organizacionales y aumentando el retorno del capital para los accionistas. Consideraba que una empresa era socialmente responsable cuando generaba empleos, pagaba salarios justos, ofrecía condiciones de trabajo adecuadas y promovía el bienestar de la sociedad a través del pago de impuestos al gobierno.

De esta manera, la empresa como unidad de producción cumplía la función económica de producir bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades humanas y para la generación de beneficios económicos, respetando las normas legales y éticas impuestas por la sociedad y delegando al libre mercado las responsabilidades sociales.

Sin embargo, la búsqueda únicamente de crecimiento económico como fuente de progreso para la empresa y para un país origina costos sociales para la sociedad. Por este motivo, la nueva función de la empresa consiste en reducir los costos sociales originados por los efectos colaterales de las actividades que resultan nocivas para la sociedad. De esta manera, se trata de lograr que los empresarios hagan suya la idea de que tienen una responsabilidad social y de que es su obligación cumplirla.

RSE en Argentina

 

En Argentina, la aplicación de políticas de RSE surgen como respuesta a la crisis de Diciembre de 2001, reconociéndose la necesidad de la acción de la empresa en la sociedad así como un compromiso importante por parte de los directivos de las mismas.

Las necesidades económicas extremas y la incapacidad del Estado para dar respuestas a éstas trajeron como consecuencia un incremento de la “solidaridad social”, con participación de las empresas.

La publicación de los balances sociales o reportes de sustentabilidad fue uno de los indicadores de la creciente preocupación empresaria por las cuestiones sociales. Esta herramienta de política empresaria permite evaluar cualitativa y cuantitativamente el cumplimiento de la RSE. Además,  incorpora al estado financiero de una empresa las cuestiones sociales y ambientales, así como el impacto que generan las actividades de la empresa sobre el entorno social y ambiental en el cual esta inmersa.

En la Argentina la ley 25.877 establece que las empresas que ocupen a más de 300 trabajadores deberán elaborar, anualmente, un Balance Social[1] que deberá ser enviado al sindicato con personería gremial al que esté afiliado el personal y al Ministerio de Trabajo.

Además de la ley 25.877, a fines de 2007 fue sancionada la ley 2.594 la cual fija el marco jurídico del Balance de Responsabilidad Social y Ambiental en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esta ley es obligatoria para aquellas empresas con más de 300 trabajadores y que posean una facturación superior a la establecida para las medianas empresas por la resolución 147/06 de la SEPYME.

Si bien se esta trabajando mucho sobre el tema con el objetivo de difundir, de manera más integral, el concepto de RSE en la gestión empresaria de la empresa. El concepto en Argentina esta aún muy ligado a la filantropía y al desarrollo de programas comunitarios debido a que la crisis fue efectiva para crear conciencia social, pero no fue suficiente para desarrollar el valor de la responsabilidad social.

Conclusiones

 

A pesar de que la incorporación de las prácticas de RSE implican desafíos importantes por ser un fenómeno relativamente nuevo de la estrategia del negocio es necesario que tanto el sector público como privado comiencen a incorporar en el desarrollo de su gestión una visión corporativa integradora, donde el crecimiento de la organización basado en la creación de valor sea acompañado de las mejores políticas en lo concerniente a la responsabilidad con sus empleados y con la comunidad, y en la sostenibilidad ambiental del entorno en el cual opera.

 

Lic. Marcela Torres

Torres.marcela@yahho.com

Julio 2008


[1] El balance Social deberá recoger información sistematizada relativa a las condiciones de trabajo y empleo, el costo laboral y las prestaciones sociales. Asimismo, deberá incluir Balance general anual, cuenta de ganancias y pérdidas, notas complementarias, cuadros anexos y memoria del ejercicio. Estado y evolución económica y financiera de la empresa y del mercado en que actúa. Incidencia del costo laboral. Evolución de la masa salarial promedio. Su distribución según niveles y categorías. Evolución de la dotación del personal y distribución del tiempo de trabajo. Rotación del personal por edad y sexo. Capacitación. Personal efectivizado. Régimen de pasantías y prácticas rentadas. Estadísticas sobre accidentes de trabajo y enfermedades inculpables. Tercerizaciones y subcontrataciones efectuadas. Programas de innovación tecnológica y organizacional que impacten sobre la plantilla de personal o puedan involucrar modificación de condiciones de trabajo.