COMERCIALIZACIÓN INTERNACIONAL NO CONVENCIONAL -Dr. Carlos A. Ledesma
COMERCIALIZACIÓN INTERNACIONAL NO CONVENCIONAL
Dr. Carlos A. Ledesma
Siempre hemos considerado que nuestro país, en muchos aspectos es atípico, actúa diferente a los procederes de otros, o simplemente escapa a los patrones convencionales de comportamiento.
La comercialización internacional de nuestros productos no es ajena a esta referencia, y es así que, más allá de los cambios globales en las rutinas comerciales, se observan expresiones particulares que son ingeniosamente generadas por actores dúctiles que comprenden anticipada o rápidamente estos cambios.
Así, dentro de todas las diferentes formas de la internacionalización, una expresión particular es la de haber generado el mercado externo mediante la previa “exportación de consumidores”. Habiendo emigrado en los últimos años, centenas de miles de compatriotas, dueños de añoranzas y evocación de su tierra y sus productos, muchos empresarios son los que han sabido interpretar y aprovechar esta circunstancia, armando el esquema de satisfacción de necesidades que van más allá del mate, el dulce de leche o el choripán. Vestimenta, música, implementos diversos, bebidas, comidas étnicas y un sinfín de otros bienes de reminiscencia autóctona han sido puestos a disposición de los emigrados en sus actuales plazas de residencia, constituyendo una nueva línea de exportaciones argentinas.
Teniendo a los mismos compatriotas emigrados como actores se da otra situación comercial atípica, que es aquella en que desde el exterior se compromete un pago con tarjeta de crédito internacional a supermercados o negocios de mercaderías que serán entregadas y consumidas por los familiares de los compradores que han quedado en el país, asimilable con una ayuda familiar. De esta manera, cuando un emigrado argentino desde supongamos Barcelona le compra con su tarjeta de crédito española a un comerciante de Argentina con la instrucción de entregar los bienes a un usuario residente en el país, se da el hecho que se produce un ingreso de divisas contabilizado en la balanza de pagos sin que se haya producido la remisión de productos en carácter de exportación.
Una tercera, pero no la última referencia podemos hacer respecto del fuerte ingreso de moneda extranjera que se está produciendo en negocios de venta a turistas que llevan productos argentinos al exterior pero obviamente sin producir ingreso de divisas por no constituir técnicamente una exportación.
Para tener una idea parcial de este negocio, valga con mencionar que en la temporada estival de noviembre a abril, recalarán solo considerando el puerto de Buenos Aires unos sesenta cruceros trayendo en promedio unos mil pasajeros cada uno y unos 500 tripulantes, todos ellos de muy buen poder adquisitivo.
Estos son solo algunos ejemplos de estas formas no convencionales de la actual comercialización internacional de productos a que se dedican varias pequeñas empresas argentinas. Conviene estar atento a estas expresiones dado que, ni son los únicas ni son perdurables, y seguramente mañana descubriremos otras formas diferentes a las de hoy que podremos aprovechar.
Dr. Carlos A. Ledesma
Febrero 2005