Copa Mundial genera una mezcla para la economía internacional
Los gastos podrían ser grandes, pero los beneficios son incalculables.
La Copa Mundial de la FIFA, posiblemente el evento deportivo más popular sólo por detrás de los Juegos Olímpicos, es un espectáculo con el potencial de generar grandes beneficios económicos. Muy pocas personas podrían desafiar esta idea, porque la mayoría cree que el evento puede atraer turistas y fomentar el consumo.
Los cálculos de varias organizaciones estiman los beneficios en los miles de millones en dólares, mientras que el hecho de que muchos países rivalicen vigorosamente para ser anfitriones de la Copa Mundial apoya la presunción de que es rentable.
Sin embargo, no todos son fanáticos de la economía de la Copa Mundial.
Algunos citan menores horas de trabajo y una baja eficiencia para demostrar que la Copa Mundial en realidad trae pérdidas.
El argumento señala que: ya que las personan miran la Copa Mundial, llegan tarde al trabajo y se van temprano. Otros podrían ni siquiera presentarse. E incluso aquellos que dicen trabajar a tiempo podrían sufrir de una ineficiencia más grande por quedarse hasta altas horas de la noche viendo los partidos.
Esta teoría fue cuantificada por Anbound Consulting de Beijing en 2002, cuando China compitió en la Copa Mundial por primera- y hasta ahora-única vez.
La empresa dijo que China perdería 3.5 mil millones de yuanes (562 millones de dólares) debido a la Copa Mundial. Esta cantidad se basó en cálculos de que dos de cada 2.000 horas laborales serían empleadas para ver los partidos.
El crecimiento del producto interno bruto ese año pareció validar esta teoría. La economía china creció 8.9 por ciento en el segundo trimestre cuando la Copa Mundial estaba en su punto máximo. El crecimiento estuvo a la par con aquél del primer trimestre, pero más lento que las tasas de 9.2 porciento y 9.1 porciento registradas en el tercer y cuarto trimestre respectivamente.
En ese sentido, la Copa Mundial podría no ser una bendición para países como China, donde muchas personas se retiran de varias formas de producción económica para mirar el fútbol. Pero, ¿qué hay de los países anfitriones?
Baade Robert y Victor Matheson, dos profesores que regularmente estudian la economía de grandes eventos deportivos, encontraron que nueve ciudades que juntas fueron anfitrionas de la Copa Mundial de 1994 registraron un crecimiento económico que fue aproximadamente 4 mil millones menos de lo que se esperaría que realizaran de otra manera.
En cuanto al empleo, algunos economistas han destacado que la Copa Mundial sólo trae trabajos a corto plazo, y con bajos salarios, en industrias como las ventas y servicios de alimentos.
Los economistas alemanes Florian Hagn y Wolfgang Maenning, examinaron la experiencia alemana relacionada con los efectos de empleo en la Copa Mundial de 1974.
Los economistas concluyeron que la Copa Mundial 1974 en el país “no generó ningún efecto laboral de corto a largo plazo que fuera significativamente distinto a cero”
Mientras tanto, Dennis Coastes, un profesor de economía de la Universidad de Baltimore, ha encontrado que el costo de ser anfitrión de una Copa Mundial está creciendo de forma estable. Aunque la construcción de los estadios continúa siendo uno de los mayores gastos, otros insumos tales como la seguridad para manejar a los fanáticos también se están volviendo cada vez más caros.
Coastes concluyó que: “hay definitivamente docenas, si no es que cientos, de formas de gastar los dólares de los contribuyentes que proporcionan un mejor retorno para la sociedad que gastando dinero en la Copa Mundial”.
Muchos también esperan que el evento impulse el turismo al atraer a visitantes internacionales, sin embargo Maenning tiene una perspectiva distinta. Luego de analizar la Copa Mundial de Alemania en 2006, encontró que no se produjo ningún impacto significativo en la industria turística.
De hecho, Maenning indicó que muchos lugareños en realidad decidieron abandonar Alemania durante el evento para evitar las multitudes, compensando las ganancias de los turistas.
En efecto, la suposición de que la Copa Mundial atrae más visitantes internacionales no siempre es cierta. En 2002, Corea del Sur vio menos visitantes extranjeros durante la Copa Mundial que los que recibió en ese mismo periodo el año anterior.
Resumiendo a los economistas, la Copa Mundial no parece ser una empresa rentable.
Sin embargo, olvidan una cosa: el retorno intangible que puede traer a la nación anfitriona, sin mencionar a la gente del mundo.
Las lágrimas y alegrías ocasionadas por la Copa Mundial, así como la gran diversión en torno a ella, no pueden ser cuantificadas. El impulso a la imagen de una nación anfitriona en la escena internacional es invaluable, al igual que el sentido de unidad nacional que inspiran los mega eventos deportivos.
Así que olvidemos de la economía. La Copa Mundial es un momento para hacer fiestas y divertirse.