Entrevista a César Tortorella, Presidente de APYBEF

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César Tortorella es una de las voces más autorizadas a la hora de hablar de Pequeñas y Medianas Empresas. Presidente de APYBEF (Asociación de Pymes de Bolsa, Economía y Finanzas) y prosecretario de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el fundador de GestionAr, empresa de asesoramiento, recibió a Mercojuris para hablar sobre las distintas opciones que las Pymes tienen en la actualidad para su crecimiento.

 

– ¿Cuáles son las claves para trabajar con Pymes?

 

– Atender a las Pymes tiene que ver con conocerlas. Nuestro principal objetivo es que las empresas sientan cercanía para poder detectar sus inconvenientes y trabajar sobre ellos. En muchos casos, los problemas son de acceso a recursos.

Cuando requieren financiamiento, hay que ayudarlos a transitar un camino que por lo general es ajeno al empresario Pyme, porque suele escaparle a lo que es su propio tema o su historia. Ahí es cuando uno tiene que aportar respuestas que no sean las convencionales a las que está acostumbrado. Que no sea ir a un banco a hacer muchos trámites, que es algo difícil para el empresario porque suele dedicarse mucho a su trabajo.

 

– ¿Qué beneficios ofrecen las sociedades de garantía?

 

– El principal problema dentro del financiamiento para las Pymes es saber qué garantías tiene para poder acceder al recurso y cuánto le cuesta ese financiamiento. Cuando se detectó ese problema, aparecieron las sociedades de garantía, que lo que hacían era bajarles la barrera de acceso, ya que no les pedían todas las cosas que les pedían los bancos. El sistema de sociedad de garantías mira el carácter y el flujo, mientras que el sistema bancario se fija en el patrimonio. Acompañan al Pyme y lo aconsejan para que el camino no se vuelva contraproducente para él. Es importante decir que el mercado de capitales es complementario al sistema bancario.

 

– ¿Con qué herramientas cuentan las Pymes para su financiación?

 

– Los empresarios tienen distintas herramientas para financiarse, pero el problema es que no son tan conocidas. En la Argentina existen los cheques de pago diferido, que son un muy buen producto que casi no existe en el resto del planeta. A través de una sociedad de garantía, cualquiera puede emitir un cheque hasta 365 días y descontarlo de la bolsa a tasas oficiales que aparecen en pantalla. Esto compite con lo que sí es muy malo que son las cuevas, donde se aprovechan de las Pymes con tasas altísimas.

El cheque de pago diferido tiene muchas variantes. El empresario puede emitir un cheuque propio porque tiene que comprar mercadería y lo descuenta a 180 días, cuando esa mercadería la procesó, la trabajó, la vendió y la cobró. También hay cheques de terceros, cuando vende y le pagan con un cheque a 120 días. Esos cheques se endosan y se descuentan en el mercado. Los pagarés, que son un producto no bancario, sino que son del propio empresario. Por suerte, este instrumento viene teniendo un crecimiento importantísimo, volviendo a las viejas prácticas. Nosotros tratamos de divulgar que esto es un “ganan ganan”. Por ejemplo, yo tengo un depósito y se lo alquilo a alguien por 3 años. En lugar de estar pensando en si me lo va a pagar o no, me hace 36 pagarés y cuando necesito plata para mi actividad, descuento los pagarés que necesite con su correspondiente tasa de interés. Esto sirve para muchas transacciones y asegura cumplimiento y plazos.

También hay productos más sofisticados, como la obligación negociable, de la cual ha salido una nueva versión que se hace completamente online. Esta es hasta 100 millones de pesos y está funcionando muy bien. Con esta simplificación está creciendo mucho, ya que antes requería muchos trámites. A su vez, hay fideicomisos de oferta pública y privada; y después, en el extremo, está la apertura de capitales, que es cuando un Pyme busca socios.

 

– ¿Cuántas Pymes eligen hoy este método de asesoramiento?


– Hoy, en el sistema, hay asistidas alrededor de 27 mil Pymes, que son muchas. Pero si se tiene en cuenta que existen entre 700 y 800 mil, no son tantas. Cuando arrancamos, eran las menos las que elegían estos caminos, pero cada vez se van sumando más. Ya hay 31 sociedades de garantía, por lo que se puede hablar de un sistema y los empresarios pueden elegir la que más les guste. A su vez, se está avanzando mucho en la difusión de estos temas.

 

– ¿Por qué no son más las que se suman?

 

– La historia marca que, como el Pyme estaba muy metido en su trabajo, este asesoramiento se lo hacía su contador. Los contadores no se adaptaron a la velocidad que corresponde y se quedaron con la declaración jurada. No se transformaron en asesores. Cuando arrancamos con este sistema, apuntamos a ellos para que sean los que hagan este asesoramiento. Pero después decidimos ir directo a las cámaras y a las Pymes para que aprendan. La segunda parte es la de educar, para que conozcan bien los detalles de estos instrumentos, como el certificado Pyme, que viene a ser como un DNI de las Pymes.

 

– ¿Cúales son las claves para comenzar en este sistema?

 

– La parte operativa requiere una metodología. Para empezar, hay que abrir una cuenta en una sociedad de garantía y en casa de bolsa. Hay que entrar en un sistema que es para toda la plata en blanca, porque va a aparecer en pantalla. Esto hace que el sistema se vaya transparentando y sea cada vez más formal.

Quienes quieran arrancar, deben ser inquietos y adquirir mucho conocimiento. Lo primero que deben hacer es informarse bien para saber de qué se trata. Nosotros aconsejamos que todo esto se haga cuando no se necesita la plata para no correr atrás de la necesidad.

 

– ¿Cuáles son los problemas más comunes con los que se encuentran?

 

– Los problemas más comunes tienen que ver con ayudarse a detectar sus propios problemas y los mejores remedios para ello. El problema más habitual es la conformación de la carpeta, el plan de acción. Esta debe contener un poco de la historia de la empresa: estatutos, balances, la declaración jurada de la AFIP, las constancias de pagos de impuestos, etc. Una vez que se cuenta con esta documentación, el proceso es muy rápido, ya que no tarda más de 15 días.

Es más sencillo ir a una sociedad de garantía que ir al banco, pero no es más barato. Sí es más barato que ir a la cueva. En relación con el banco, el costo es el mismo, pero con muchísimos menos trámites y burocracia. La diferencia principal de este sistema es la simplicidad y la practicidad, no el costo.

 

Martin Gordo