La nueva bebida argentina a base de quínoa – Lic. Juan José Ceschan 

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Consideraciones preliminares:

En las últimas décadas, además del cultivo de los “granos mayores” del territorio nacional (soja, maíz, trigo pan, girasol, cebada), viene creciendo a buen ritmo el mercado de un pseudocereal con fuerte presencia en el Noroeste Argentino (NOA): la quínoa.

Este producto agroindustrial es rico en proteínas por la variedad de aminoácidos que lo constituyen (leucina, isoleucina, metionina, fenilamina, treonina, tripofano, valina), casi el doble en relación a otros cereales y gramíneas. Posee, además, vitaminas (B, C y E, tiamina, riboflavina) y minerales (fósforo, potasio, magnesio, calcio). No contiene colesterol, no forma grasas en el organismo y es ideal para personas con diabetes y celiaquía, vegetarianos, deportistas, mujeres embarazadas y bebés (es un sustituto ideal para la leche, al punto tal de haber sido en los pueblos primitivos andinos el primer alimento para los niños después de la leche materna) (ALARCÓN GARCÍA, 2012: 6).

En cuanto a la producción, los principales países están concentrados en Sudamérica, en la región andina. Entre ellos, se destacan: Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina, habiéndose incorporado en los últimos años algunos países productores de otras áreas, como los Estados Unidos de América, Canadá, Francia, Inglaterra, Alemania, Dinamarca, España, Italia, Rusia, Portugal, Kenya, Namibia, y la India (Ibidem: 31–32). En cuanto a la comercialización, la posición arancelaria de la quínoa no destinada a la siembra es la N° 10.08.50.90 (NCM).

A partir de la quínoa, es posible obtener diversos subproductos de uso alimenticio, medicinal, cosmético, farmacéutico, de higiene, y de uso ritual para ciertas culturas andinas. Recientemente, en Argentina, ciertas investigaciones llevadas a cabo por instituciones públicas y privadas han logrado poner a disposición del consumidor un producto inédito que promete aprovechar el potencial del “mercado de la población con problemas de alimentación como celíacos y diabéticos” (Ibidem: 23).

En este sentido, el presente artículo pretende destacar el fruto del esfuerzo de investigación que llevaron a cabo distintas instituciones académicas, públicas y privadas en la República Argentina, en el marco de la comercialización del grano de quínoa: el lanzamiento al mercado de un nuevo alimento bebible a base de este pseudocereal.

Así pues, a continuación, lejos de presentarse un texto publicitario de un producto alimenticio novedoso, se hará mención al hito de la creación de un producto inédito y con un gran potencial, tanto en las góndolas locales como en las internacionales.

La nueva bebida argentina a base de quínoa:

Hacia fines de junio de 2021, los principales portales de noticias del rubro agropecuario se hicieron eco del novedoso lanzamiento del primer alimento bebible a base de proteína vegetal de quínoa: la leche “BIBA”.

Este producto fue el fruto del trabajo conjunto y de una alianza interinstitucional entre la PyME argentina “Babasal S.R.L.”, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación (MINCyT), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), cuatro universidades nacionales (UNLP, UNLa, UNLu, UNQ), la envasadora “TetraPak”, gobiernos provinciales, y demás actores sociales.

La denominación “BIBA” surge de la combinación entre la palabra “viva” y el nombre de la empresa productora, “Babasal S.R.L.”, siendo la primera bebida de su tipo que se ha producido en América Latina (CLARÍN, 2021/07/21).

Figura 1. Envase e información nutricional de la bebida “BIBA Quínoa”.

Fuente: BABASAL S.R.L.

“La bebida […] aporta una cuota importante de proteínas y múltiples beneficios nutricionales derivados del grano de la quínoa, uno de los alimentos vegetales que provee todos los aminoácidos esenciales. Así, una porción de “BIBA” aporta vitaminas A, D2, E, B12 y calcio. Además, no contiene sacarosa añadida, ni conservantes, ni lactosa y es libre de gluten” (CONICET, 2021/06/28).

Asimismo, la PyME “Babasal S.R.L.” produce también diversos jugos de frutas, leches larga vida, leches saborizadas y agua mineral en caja. Y tanto “BIBA” como los demás productos que comercializa la empresa poseen estas certificaciones: “Orgánico”, “FSC”, “Vegano”, “Sin Azúcar Agregada”, “Sin T.A.C.C.”, “Sin Conservantes”.

Por otro lado, el desarrollador de “BIBA”, Dr. Emiliano KAKISU, científico del CONICET y docente de la UNLa, destacó que “alimentarse bien es una necesidad de la población, junto con una creciente conciencia sobre los hábitos de alimentación saludable. En efecto, existe una demanda en nuestro país de contar con una oferta diversificada de productos elaborados de buena calidad nutricional” (CONICET, 2021/06/28).

Por esa razón, los desarrolladores del producto comentaron que con “BIBA” aspiraron a garantizar la seguridad y soberanía alimentaria de la población argentina, a la vez que pretendieron lograr que el país incrementase federalmente su producción, con mayores cuotas de innovación y con valor agregado (AGROFY NEWS, 2021/06/29), creando productos susceptibles de ser exportados a aquellos países con mayor demanda de alimentos, para satisfacer la “necesidad de mejores productores alimenticios, de mejor calidad nutricional y también, para cubrir problemas de alimentación que tiene la Argentina” (CLARÍN, 2021/07/21).

El desarrollo de este producto de origen vegetal favorece el empleo de mano de obra en las provincias del NOA, a la vez que pretende responder a un nicho de mercado de leches vegetales en activo crecimiento. No solamente se va a poder atender a la demanda de aquellas personas con ciertos problemas de alimentación (como lo pueden ser la diabetes y la celiaquía), sino también a los nuevos hábitos alimenticios de las grandes áreas urbanas del país, con dietas veganas y/o vegetarianas exigentes en proteínas.

Si el resultado de la comercialización de “BIBA” se vuelve exitoso, los exportadores locales deberían analizar la posibilidad de acercar el producto a los consumidores extranjeros, principalmente a los mercados asiáticos, donde en algunos países hay dietas cada vez más sofisticadas y a base de alimentos importados premium y de gran calidad.

Consideraciones finales

El incipiente mercado argentino de alimentos a base de quínoa es una excelente oportunidad para que los gobiernos (nacional y provinciales), las universidades y las empresas privadas, desarrollen productos alimenticios innovadores, federales y con alto valor agregado, tal como ocurrió en el caso de “BIBA”, la bebida láctea vegetal de origen nacional, única en toda Latinoamérica.

Este producto, que no busca competir con la leche de vaca, sino que es inédito y con identidad propia, “constituye un alimento de fácil elección para los requerimientos de los consumidores de productos naturales, sanos y nutritivos” (ALARCÓN GARCÍA, 2012: 6), que demandan cada vez mayor atención y una oferta firme y heterogénea.

En este sentido, para el fortalecimiento del sector productivo de la quínoa, “se necesita una política de Estado articulada con las organizaciones e instituciones del medio, que fortalezca las distintas etapas del proceso y que contribuya a la reconstrucción del conocimiento del cultivo y a la revalorización cultural y alimenticia, [como así también] constituir y/u oficializar grupos de trabajo multidisciplinario a nivel provincial y local, al menos en aquellas localidades donde ya existe una cultura y resultados en el cultivo y producción de la quínoa” (Ibidem, 50).

Asimismo, para potenciar el segmento de mercado agrícola basado en el cultivo de quínoa, es necesario desarrollar un plan estratégico a largo plazo, con la vista puesta en la exportación. Si bien el mercado de la leche vegetal a base de este pseudocereal no está del todo desarrollado en ciertas áreas del mundo (principalmente, en las que generan mayor demanda de alimentos, por ser las más densamente pobladas), Argentina podría aprovechar las excelentes relaciones comercial bilaterales que tiene con países como China, Vietnam e India (principales socios comerciales asiáticos), procurando abrir mercados, publicitar e instalar sus productos, y generar demanda en sociedades con hábitos alimenticios basados cada vez más en alimentos importados y de calidad premium.

“Aun cuando falta cierto tiempo para que la Argentina se pueda instalar a nivel mundial como exportador, resulta necesario empezar a avanzar en algunas cuestiones vinculadas a la política arancelaria e impositiva” (Ibidem, 54), con el fin de remover las eventuales trabas aduaneras que impidan un comercio fluido con los mercados asiáticos, y para generar las condiciones óptimas de producción, necesarias para explotar al 100 % un sector incipiente pero prometedor dentro del gran complejo agroindustrial argentino.

Bibliografía

AGROFY NEWS (2021/06/29). Biba: así es la bebida de quínoa que impulsa el Gobierno. Rosario, Argentina; Agrofy News. Consultado en: Agosto de 2021. Recuperado de: https://news.agrofy.com.ar/noticia/194494/biba-asi-es-bebida-quinoa-que-impulsa-gobierno.

ALARCÓN GARCÍA, Antonio (2012). Mercado de la Quínoa. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina; PROSAP–UCAR–BIRF. Consultado en: Agosto de 2021. Recuperado de: https://tinyurl.com/4tnhh444.

CLARÍN [LÓPEZ PASQUARE, Ariana] (2021/07/21). Sale al mercado la primera bebida de quínoa desarrollada en la Argentina: cuánto cuesta y dónde se consigue. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina; Clarín. Consultado en: Agosto de 2021. Recuperado de: https://tinyurl.com/4b5fkyv5.

CONICET (2021/06/28). Lanzamiento del primer alimento bebible a base de quínoa en el mercado argentino. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina; CONICET. Consultado en: Agosto de 2021. Recuperado de: https://www.conicet.gov.ar/lanzamiento-del-primer-alimento-bebible-a-base-de-quinoa-en-el-mercado-argentino/.

Lic. Juan José Ceschan

agosto 2.021