MEDIO AMBIENTE E INDUSTRIAS CONTAMINANTES – PAPELERAS –

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MEDIO AMBIENTE E INDUSTRIAS CONTAMINANTES

–       PAPELERAS –


Por Dra. María Gottifredi

 

Dos países hermanos, dos comunidades que comparten una historia común, dos amigos hoy se encuentran en conflicto. Los intereses son comunes, y la búsqueda de una solución ecuánime, pone en jaque nuevamente a la humanidad; si, digo humanidad porque lo que se discute, no es quien tiene derecho y quien no, o quien junta mas argumentos para ponderar su posición. Aquí lo que interesa es como desarrollar el trabajo, derecho que pertenece a todas las esferas sociales y a todas las comunidades del mundo y al mismo tiempo procurar “cero” daño al medio ambiente, único lugar conocido por el hombre donde esta capacitado per se para desarrollar en plenitud la vida.

 

Sin entrar demasiado en el aspecto jurídico y las vías de solución que esta propone ( remito a Daniel Alberto Sabsay;  ¨ Fundación Ambiente y Recursos Naturales ¨ –   www.farn.org.ar –  ); éste ensayo busca plantear una perspectiva distinta del problema y develar un punto de vista tal vez optimista, tal vez ecléctico.

 

Los diversos cuestionamientos e inquietudes que se manifiestan hoy por los pueblos de ambos países parecen ser preocupantes, alarmantes y hasta fatalistas.

 

Por un lado el derecho a trabajar, la inversión, el gran desarrollo que significa las papeleras para Uruguay. Y por el otro, la incesante y hasta a veces desmotivante lucha por conservar un ambiente sano, son los extremos de este conflicto. Lo que pretendo remarcar es que estos bienes / derechos / objetivos / anhelos, no son exclusivos y únicos de un país, todo lo contrario, la preocupación por el trabajo y el ambiente sano es común tanto para Argentina como para Uruguay. A ninguna parte le debe ser indiferente la contaminación de los ríos, la alteración del ecosistema, la salud de nuestros pueblos, ni tampoco la pobreza, el estancamiento económico, y la imposibilidad de crecer. Tanto es así, que tomar una posición intransigente en defensa de solo uno de estos derechos, conllevaría a la imposibilidad lógica de acuerdo. Además de ser hipócrita  y moralmente reprochable.

 

Sin embargo, las partes han concensuado y han firmado el Tratado de Limites del Río Uruguay  años atrás, con la creación de la CARU  (Comisión Administradora el río Uruguay) lo que delata la manifiesta voluntad de ambos países de proteger, por medio de una actividad conjunta, tanto el derecho a trabajar como la protección de un ambiente sano. Es desde aquí, que ha de trabajarse en conjunto.

 

Ahora bien, toda contienda implica intereses enfrentados, pero existe en este caso realmente un enfrentamiento?

 

En relación con este dilema, ha de considerarse que la situación fue tratada en diversos planos, tanto diplomáticos como judiciales e internacionales e inclusive participaron sectores intermedios postulando, por variados medios, sus posiciones. Desgraciadamente, existió hostilidad en  algunos diálogos y aunque fue menguada por acuerdos y buena voluntad de los gobiernos de preservar la paz por sobre cualquier interés particular, hoy debemos afirmar que en los hechos esta plasmada claramente la contienda, el enfrentamiento de intereses y la anhelada procura de una solución.

 

Más allá de todo lo expuesto, hay que resaltar que Sudamérica necesita de la inversión extranjera, tanto es así, que Uruguay se ha preparado por muchos años – adoptando medidas que fomentaban la forestación – para atraer a capitales internacionales. Hoy ve su plan de desarrollo menoscabado por la falta de un estudio cabal del impacto ambiental y la falta de un proyecto no contaminante para el establecimiento de las fábricas. La situación trascendió a la esfera internacional por tratarse de una planta ribereña compartida con una nación hermana que plasmó su oposición. Resulta absurdo pretender que en este caso Argentina no se oponga a la instalación de dicha planta frente a la potencial contaminación de sus aguas, como también resulta absurdo presumir que Argentina busque agravar la situación de desempleo en el país hermano. Es absurdo por la simple razón de que la miseria, desgracia y pobreza de las naciones vecinas tiene una fuerte incidencia en la propia nación. Es clara la ventaja de poseer fronteras y ciudades linderas con amplio desarrollo económico. La conveniencia de crecimiento regional es patente y por ello sostener lo contrario debe descartarse. Consecuentemente, también el pleito en si mismo también resulta absurdo.

 

Sin embargo, la resolución aunque parezca lejana, no lo es tanto. Es decir, la virtud no esta en los extremos sino en el justo medio, y este medio es el que ha de buscarse en el futuro ante los estrados de la Corte Internacional de Justicia  de La Haya, si las partes no han de resolver la controversia internacional por los medios idóneos y técnicos estipulados que han de cumplirse.

 

Mas allá de ello, se debe señalar que, si bien el pleito de hecho hoy ha de ser resuelto por una autoridad superior, menester es de destacarse que la Corte cumplirá su función como órgano internacional de  administración de justicia, y su solución será puntual y orientada al caso concreto. Lo relevante es que esta situación opere como proyectil y genere conciencia social y ambiental. No se trata de hacer una apología del pobre oso panda, se trata de que Sudamérica reaccione, emerja de la situación de miseria, paupérrima calidad de vida, pobreza, higiene precaria e ignorancia del pueblo de los males que se irán desarrollando si no se le pone un tope definitivo a las medidas que se toman, que afectan directamente a la población y avasallan todo derecho. Es que lo que ha de mirarse es al hombre, su trabajo y su vida. No hay hombre sin lugar y sin lugar no hay trabajo.

 

La conciencia ha ido creciendo, ONG’s como Greenpeace proponen el respeto al lugar + trabajo digno, existen formas de fabricación de papel sin contaminantes, existe la forma de que nuestros ríos se salven en la convivencia con el hombre, existe la forma de que el hombre siga viviendo del y con el río. La solución existe, debido a que se desarrollaron métodos de contaminación cero, para fabricar papel y procesar la celulosa. (http://www.greenpeace.org.ar/media/informes/4902.pdf)

 

Es este un momento de reflexión, no esperemos a que una desgracia ambiental suceda para reclamar nuestros más intrínsecos y esenciales derechos. Hay que actuar y estar en guardia, cooperar para arribar a una solución limpia y agradable a todos. La contaminación de un río  genera enfermedad, el desempleo pobreza, hay que luchar por evitar los dos males. Los métodos son diversos, pero el estudio de los que tienen una oportunidad, la responsabilidad que se le adjudica a quien posee competencia, el voluntariado en fundaciones que combaten estos males son formas diversas que tenemos para conseguir que nos escuchen. Es necesario el exhorto a la lucha contra los que solo ven un interés económico egoísta y perverso en sus intereses o medidas, desentendido de sus consecuencias maliciosas.

 

Mis últimas consideraciones versan sobre una realidad que debe ser entendida, y concientizada. Aquí en Sudamérica los problemas sociales y de contaminación son tomados a la ligera, prueba de ello, lo indican los índices de pobreza, analfabetismo, mal nutrición, desempleo,   malformaciones en niños que de forma reiterada siguen naciendo en zonas de altísima exposición a tóxicos (transmitidos por agua, aire, alimento, etc). La situación es clara Sudamérica necesita decisiones responsables y procura de trabajo digno a los pueblos, para erradicar estos problemas. No ha de permitirse contaminación del tanto o cuanto por ciento, hay que luchar por contaminación CERO. No hay que dejarse estar o argüir que porque existen otros muchos focos de contaminación  de igual o mayor grado a  una puntual situación  hay que dejarla ser. Nuestros países buscan la perfección, el hombre busca la perfección, la quietud, el estancamiento moral, la dejadez en estos asuntos no debe ser mas la moneda corriente. El asunto esta claro, ni Uruguay ni Argentina quieren pobreza y contaminación, y cuando menciono los nombres de estos hermanos, incluyo a sus dirigentes, funcionarios, empresarios, y sobre todo a sus pueblos que es el primer elemento fundante de nuestras Naciones.

 

Dra. Maria Gottifredi

marugotti@hotmail.com

Mayo 2006