OCDE – La UE necesita un mercado único más profundo y acelerar los esfuerzos de reducción de emisiones para asegurar un crecimiento más fuerte y sostenible.

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La recuperación económica europea se ha visto perturbada por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, que ha hecho subir los precios de la energía y los alimentos y ha frenado el repunte pospandémico. Si bien una acción política coordinada y oportuna ayudó a evitar una recesión grave, las perspectivas a corto plazo siguen empañadas por la incertidumbre, según un nuevo informe de la OCDE.

El último Estudio Económico de la OCDE sobre la Unión Europea y la zona del euro analiza cómo están reaccionando las economías europeas a los shocks externos negativos, así como a los desafíos que enfrenta Europa en el futuro. La Encuesta proyecta que el crecimiento aumentará gradualmente, del 0,9% en 2023 al 1,5% en 2024, y se espera que la inflación disminuya al 5,8% en 2023 y al 3,2% en 2024, pero se mantendrá por encima del objetivo del 2% del Banco Central Europeo.

Según el Estudio, dada la inflación generalizada y persistente, las políticas monetaria y fiscal deben actuar en sinergia para reducir de forma duradera las presiones inflacionarias. Para reducir la inflación será necesario continuar con la política monetaria restrictiva, así como mayores esfuerzos para garantizar que la política fiscal esté mejor focalizada y sea más sostenible.

El Estudio reconoce que las vulnerabilidades financieras son significativas, especialmente en países con altos niveles de deuda privada y una alta proporción de hipotecas variables. Las autoridades deberían utilizar políticas macroprudenciales y otros instrumentos específicos para abordar los riesgos del sector financiero, según sea necesario. La sostenibilidad fiscal debería basarse en un gasto público bien priorizado y más eficiente y apuntalada por una mejor gobernanza económica, en particular un mayor cumplimiento de las normas fiscales. Estos deberían volver a centrarse en la sostenibilidad de la deuda y en planes de gasto plurianuales para garantizar una política fiscal más anticíclica y una trayectoria descendente hacia niveles de deuda más prudentes.

El Estudio dice que un mercado único más fuerte y más profundo puede ayudar a Europa a impulsar el crecimiento y la innovación, al tiempo que fomenta el cambio estructural. Las prioridades deberían incluir esfuerzos renovados para garantizar la igualdad de condiciones, a través de un marco de ayuda estatal coherente y uniformemente aplicado, así como una reorientación de los recursos de la UE hacia el apoyo a la I+D verde, la innovación y el apoyo en las primeras etapas. Es necesaria una mayor armonización de las regulaciones nacionales y su alineación con las normas de la UE para los servicios digitales, la economía circular y los códigos de construcción, junto con una coordinación continua de los esfuerzos nacionales para luchar contra la corrupción y el fraude.

Lograr los objetivos de cambio climático –en particular el objetivo de emisiones netas cero para 2050– requerirá acelerar las reducciones de emisiones. Se necesitan más acciones en todos los sectores, pero particularmente en los

sectores no cubiertos por el comercio de derechos de emisión, en particular la agricultura, la construcción y el transporte. La reducción de las emisiones en estos sectores dependerá de medidas regulatorias y de una alineación y aumento gradual de los precios del carbono.

Un elemento importante de la transición verde es la energía asequible y segura, lo que requiere mercados eléctricos más integrados. Unos mercados de capital más profundos podrían respaldar el desarrollo de nuevas tecnologías limpias, mientras que mejorar la movilidad laboral y las habilidades ayudaría a reducir los costos de transición.

Fuente: OCDE