Banco Mundial – Sistemas de identificación digitales fiables e inclusivos

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Los 1000 millones invisibles

¿Quién es usted? ¿Qué edad tiene? ¿Dónde vive? La identidad se puede interpretar de muchas maneras. Sin embargo, en las sociedades modernas —donde las personas interactúan a menudo con otros que no conocen en persona— poder tener una prueba fiable de identidad es esencial en la vida cotidiana. Los tipos de documentos de identidad que se requieren para transacciones básicas varían de un país a otro, pero en general los certificados de nacimiento, las cédulas nacionales y documentos similares, tales como pasaportes y licencias de conducir, tienden a ser las identificaciones o credenciales más comunes que se usan para fines oficiales.

«Las cédulas de identidad no son valoradas plenamente por aquellos que las tienen. Pero la falta de identificación crea barreras para los individuos afectados y los países donde estos viven»

Sin embargo, se estima que 1000 millones de personas en todo el mundo (i) carecen de credenciales de identificación básicas —entre ellos hasta 1  de cada 4 niños y jóvenes cuyos nacimientos no han sido registrados— (i) y muchos otros tienen documentos de identidad poco fiables porque son de baja calidad o no se pueden verificar de manera fidedigna. Según estimaciones del McKinsey Global Institute, (i) 3400 millones de personas cuentan con alguna forma de identificación, pero tienen limitaciones para usarla en el mundo digital.

La mayoría de «los 1000 millones invisibles» vive en África al sur del Sahara y Asia meridional. Pertenecen por lo general a poblaciones extremadamente pobres y altamente vulnerables. Las mujeres tienen de forma desproporcionada menos probabilidades de contar con un documento de identidad oficial. De acuerdo con la encuesta ID4D-Findex, (PDF, en inglés) 1  de cada 2 mujeres en las economías de ingreso bajo no posee un carné nacional de identidad o una credencial de identificación similar. Además, los refugiados, los apátridas, las personas con discapacidad y los habitantes de zonas rurales y remotas suelen enfrentar los mayores obstáculos para obtener documentos de identidad oficiales.

La invisibilidad tiene consecuencias importantes para una serie de resultados de desarrollo que dependen de la prestación de servicios a las personas o de que estas puedan acceder a tales servicios. Al no tener una manera fiable y segura de probar su identidad, personas como Juan, Mariam y Shanti Devi no podrán acceder a servicios sociales y de atención médica esenciales, matricularse en la escuela, abrir una cuenta bancaria, obtener un teléfono móvil, conseguir un empleo, votar en una elección, o registrar un negocio en el sector formal, junto con otros servicios básicos, derechos y oportunidades que les permitirían mejorar sus vidas.

Las cédulas de identidad no son valoradas plenamente por aquellos que las tienen. Pero la falta de identificación crea barreras para los individuos afectados y los países donde estos viven” dijo Makhtar Diop, vicepresidente de Infraestructura del Banco Mundial.

Empoderar a las personas dándoles acceso a documentos de identidad

Dada la función crítica de la identificación en el desarrollo, los Estados miembros de las Naciones Unidas (ONU) adoptaron la meta 16.9 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): (i) «proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos, en particular mediante el registro de nacimientos» de aquí a 2030. La identificación es también una herramienta clave para muchas otras metas de los ODS, tales como la inclusión financiera y económica, la protección social, la atención médica y la educación, la igualdad de género, la protección infantil, la agricultura, el buen gobierno y la migración segura y organizada.

Los sistemas de identificación digital fiables e inclusivos pueden también reforzar la transparencia, la eficiencia y la eficacia de la gestión y la prestación de programas y servicios públicos. Pueden ayudar al sector público a reducir el fraude y las filtraciones (i) en las transferencias que el Gobierno entrega a las personas, facilitar nuevas maneras de prestar los servicios y aumentar la eficiencia administrativa en general. Poder verificar la identidad de una persona de manera fácil y fidedigna es también crucial para el desarrollo del sector privado. Los sistemas de identificación digital pueden ayudar a las empresas a disminuir los costos operativos relacionados con el cumplimiento de las regulaciones (p. ej., verificación de la identidad del cliente de manera electrónica, o e-KYC), ampliar las bases de clientes, generar nuevos mercados y promover un entorno propicio para la actividad empresarial. (i)

Responder a las nuevas necesidades y trabajar en pro de una identificación «fiable» para maximizar el impacto

A medida que las sociedades y las economías se tornan más complejas, interconectadas y dinámicas —y aumenta la formalización, la escala y la digitalización de los programas públicos— también aumenta la necesidad de poder probar y verificar la identidad de las personas de una manera fiable y rigurosa. Los países y las comunidades han avanzado rápidamente, con el apoyo de las tecnologías digitales, de enfoques de identificación informal y localizada basada en las conexiones personales a sistemas de identificación que abarcan todo un país (p. ej., documentos de identidad nacionales). Con el aumento del acceso a internet y una mayor presencia en línea de las personas, los servicios y las transacciones, ha surgido una nueva generación de sistemas, proveedores y tecnologías de identificación. Esto ha permitido transacciones presenciales y a distancia más convenientes y seguras, allanando el camino para acceder a oportunidades en la economía digital.

El Grupo Banco Mundial y sus asociados se han comprometido a ayudar a los países a establecer sistemas de registro civil y de identificación fiables e inclusivos. En 2014, el Grupo Banco Mundial puso en marcha la iniciativa Identificación para el Desarrollo (ID4D)(i) para aprovechar los conocimientos de los diferentes sectores y dar forma a una respuesta coherente a este desafío fundamental. El Grupo Banco Mundial ha movilizado también más de USD 1000 millones en apoyo de los sistemas de registro civil y proyectos relacionados con el ámbito de la identificación en más de 45 países, y trabaja estrechamente con asociados como la Fundación Bill y Melinda Gates, el Gobierno de Australia, Omidyar Network, el Gobierno del Reino Unido, otros asociados en la tarea del desarrollo y el sector privado.

En Marruecos, ID4D apoya un proyecto del Banco Mundial que financia el diseño y la implementación de un nuevo Registro Nacional de Población e Identificación digital. El nuevo sistema de identificación digital servirá como base de los esfuerzos para reformar el sistema de redes de protección social del país y promover las transacciones a distancia, electrónicas y sin efectivo. En el marco de su participación, el Banco ayuda a facilitar los intercambios de conocimientos entre Marruecos e India para difundir el sistema de identificación digital de este último país (Aadhaar) y un sistema más amplio denominado India Stack. Esta cooperación incluye la adaptación de estas experiencias al contexto de Marruecos. Este último país está también siendo pionero en el uso de un software de código abierto para el Registro Nacional de Población, adoptando la Modular Open Source Identification Platform (MOSIP) (i) como su principal solución tecnológica.

Mientras los países invierten recursos importantes para cerrar la brecha en materia de identificación y cumplir los requisitos en esta área en la era digital, tienen una oportunidad sin igual de establecer la siguiente generación de sistemas de identificación en que las personas y la privacidad sean centrales, esto es sistemas de identificación “fiable”. Esto incluye sistemas de identificación que no son excluyentes, protegen la información personal, dan a las personas un mayor control sobre sus datos y responden a las necesidades de la población y de diferentes instituciones de los sectores público y privado. Al asegurar la fiabilidad y la integridad de los datos a lo largo del tiempo y adoptar estándares abiertos y la interoperabilidad, la nueva generación de sistemas de identificación pueden también mejorar la utilidad, sostenibilidad y adaptabilidad de los sistemas a un panorama tecnológico en constante cambio.

El establecimiento de sistemas de identificación fiable requiere un diseño con un propósito y opciones de implementación, como se indica en los 10 Principios sobre la Identificación para el Desarrollo Sostenible (pdf). Estos principios se formularon a través de un proceso de consultas coordinado por el Grupo Banco Mundial y el Centro para el Desarrollo Mundial en 2017. Han sido suscriptos hasta ahora por 25 organizaciones, entre ellas la ONU y organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, asociados en la tarea del desarrollo y asociaciones del sector privado. Al promover la aplicación de estos principios, el Grupo Banco Mundial —así como sus países clientes y sus asociados para el desarrollo— puede ayudar a asegurar que los sistemas de identificación se centren en las personas y se ajusten a los objetivos de la era digital.

Tendencias de la identificación digital: equilibrar las oportunidades y los riesgos y utilizar la tecnología de forma responsable

La tecnología digital ofrece a los países el potencial para lograr avances rápidos en sus objetivos en materia de identificación y mejorar la calidad y la utilidad de los sistemas de identificación, beneficiando a los individuos. Por ejemplo, las bases de datos de registros digitalizadas —en comparación con los libros de contabilidad guardados en una oficina local— facilitan la verificación a distancia de los documentos de una persona (incluida la verificación automática), haciendo más eficiente la prestación de servicios y permitiendo a los organismos de identificación reemplazar las credenciales y los archivos perdidos, robados o destruidos.

Los mecanismos de autenticación digital posibilitan las transacciones automáticas que son más seguras y fiables que las realizadas mediante sistemas de autenticación manual (a saber, comparar visualmente a una persona con la foto de su documento de identidad) y pueden reducir la cantidad de información personal que se revela en una transacción (p. ej., credenciales basadas en atributos). (i) El uso del reconocimiento biométrico automático (p. ej., usando las huellas digitales o escaneando el iris) puede ayudar a asegurar que las identidades sean únicas (esto es, que las personas no pueden inscribirse varias veces) y proporcionan un método de autenticación libre de contraseñas y conveniente.

Sin embargo, si bien la tecnología digital puede aumentar la privacidad y la seguridad de cierta manera, puede también aumentar muchos de los riesgos asociados con la recopilación y la gestión de datos personales. Cuando las bases de datos se digitalizan, también aumenta el riesgo y la magnitud de las filtraciones y los robos de identidad.Además de las posibles violaciones a la privacidad, la digitalización de los registros de identificación puede crear asimismo nuevas barreras en materia de acceso e inclusión. Ciertas poblaciones —p. ej., los trabajadores manuales con huellas digitales desgastadas, los ancianos o las personas con discapacidad— podrían tener dificultades para inscribirse o usar sistemas de identificación que dependen de algunos datos biométricos, lo que puede ocasionar exclusión si no existen otras opciones. La utilización de la biometría genera también un conjunto específico de riesgos relacionados con la protección de los datos, que se debe estudiar cuidadosamente y mitigar de manera integral en cada aplicación de esta tecnología. De modo similar, los sistemas de identificación dependientes de tecnologías que no están disponibles de manera universal o consistente entre la población (p. ej., conexión a internet, correo electrónico, teléfonos móviles) pueden empeorar la brecha digital.

Por lo tanto, garantizar la protección de los datos, la inclusión y los derechos del usuario es fundamental para el éxito de un sistema de identificación en la era digital. Esto exige marcos jurídicos y regulatorios (i) integrales para posibilitar los sistemas de identificación y proporcionar salvaguardias. También exige un enfoque de privacidad y seguridad mediante el diseño (i) que integre los controles técnicos, administrativos y de gestión en el diseño del sistema, desde el inicio. Por otra parte, la consulta y la comunicación tempranas y permanentes con el público y la sociedad civil pueden ayudar a asegurar que los sistemas de identificación se diseñen tomando en consideración a las personas y se implementen de una manera responsable e inclusiva.

Para equilibrar las oportunidades y abordar los riesgos asociados, la iniciativa ID4D ayuda a los países, los asociados para el desarrollo y los expertos en desarrollo a optar por alternativas de diseño y tecnologías fundamentadas y adecuadas en función del contexto. Sobre la base de los principios mencionados anteriormente, la Guía para profesionales de la ID4D, publicada recientemente, presenta a los lectores decisiones fundamentales y opciones técnicas de mejores prácticas para encarar desafíos comunes. La guía incluye estrategias de registro para facilitar la cobertura universal, procesos y tecnologías para aumentar la privacidad y seguridad, y orientación acerca de estándares y adquisiciones para mejorar la interoperabilidad y evitar el monopolio de proveedores y tecnologías.

Es momento de agilizar la acción

Es sabido que capacitar a las personas para que puedan probar su identidad es una medida que transforma la vida de la gente y los países.

Acelerar la acción en todos los niveles para no dejar a nadie rezagado

Dado el creciente número de países en proceso de implementar nuevos sistemas de identificación digital o modernizar los ya existentes, es crucial que se incorporen las mejores prácticas para maximizar el impacto y minimizar los riesgos, particularmente para las personas más pobres y marginadas como Juan, Mariam y Shanti Devi.

Los países deben entender bien los aspectos fundamentales. Tienen que crear capacidad, instituciones, leyes y regulaciones, y luego elegir tecnologías adecuadas e inclusivas. Un sistema de identificación digital nacional, que sea fiable, requerirá inversiones a largo plazo para ampliar la accesibilidad de los sistemas de registro civil y de identificación. Esto conlleva eliminar obstáculos jurídicos y administrativos, reducir la distancia entre las personas y el punto de registro más cercano, minimizar los cargos relacionados con el registro y la emisión de documentos de identidad, y crear incentivos especiales para promover el registro, en particular para las poblaciones vulnerables y marginadas.

Mejorar la calidad de los sistemas de identificación será igualmente crítico. Los nuevos sistemas deben responder a las necesidades actuales de los individuos y de las sociedades y, al mismo tiempo, deben poder adaptarse y ampliarse según las necesidades del futuro. Aún más importante es que las personas sigan siendo el aspecto central del diseño de cualquier sistema de identificación digital para que puedan controlar su información y proteger sus datos. Para hacerlo, los países y la comunidad internacional deben fomentar el diálogo y la relación entre los Gobiernos, la sociedad civil, los asociados en la tarea del desarrollo y el sector privado para defender a nivel mundial una ‘identificación fiable’, e intercambiar información y aprovechar los conocimientos y la experiencia.

Con un esfuerzo concertado, se puede subsanar la brecha en materia de identificación que existe en el mundo y asegurar que los sistemas de identificación digital empoderen a las personas, abran nuevas oportunidades para todos y se conviertan en plataformas transformadoras en pro del desarrollo sostenible e inclusivo.