Desafíos actuales de la integración económica – Dr. Juan Patricio Cotter

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A finales de septiembre, los días 28 y 29, se realizó la XVI Reunión Mundial de Derecho Aduanero, que organiza la Academia Internacional de Derecho Aduanero. La misma se llevó a cabo en la ciudad de Berlín y nos abrió sus puertas la prestigiosa Universidad de Humboldt. La reunión fue muy esperada por todos los académicos y especialistas en derecho aduanero del mundo, pues la pandemia obligó a postergar por tres años, este evento anual que hace ya dieciséis años nos permite vincularnos con amigos y colegas de todo el mundo para seguir aprendiendo sobre la materia.

Asimismo, el 13 de octubre tuvo lugar la X Jornada Académica de Derecho Aduanero, organizada en la ciudad de Montevideo por la Universidad de la República. También resulta éste un espacio de aprendizaje que nos regala la Universidad de la República, que este año cumplió ya diez años y empieza también a constituirse en una linda tradición de encuentro fraterno rioplatense.

Tuve la suerte de participar en ambos eventos, en el primero de ellos como moderador y en el segundo como panelista. En ambos me toco en suerte reflexionar sobre los desafíos actuales que afronta el derecho aduanero, especialmente vinculados a la integración económica. Formulo algunas reflexiones que pretenden destacar algunos puntos salientes de lo allí tratado.

Las previsiones de crecimiento de la economía global para los años 2023 y 2024 siguen mostrando una clara desaceleración con respecto al crecimiento evidenciado en el año 2022. En efecto, el Banco Mundial tiene previsto una desaceleración del 3,1% en 2022 al 2,1% en 2023, incluso las previsiones resultan más alarmantes para la zona del euro, en donde el crecimiento disminuirá del 3,5% en 2022 al 0,4% en 2023. A propósito de estos datos, Indermit Gill (economista en jefe del Grupo Banco Mundial), ha señalado que la economía mundial se encuentra en una situación precaria.

La inflación mundial ya parece haber superado su pico, pero se muestra persistente. En la mayoría de los países del G 20, en especial en las economías avanzadas, la inflación permanece muy por encima de los niveles fijados como meta por los bancos centrales. De allí que los Bancos centrales sigan endureciendo las políticas monetarias y del endurecimiento de las normas de concesión de préstamos.

Aparecen dudas en relación a la capacidad real de la política económica tradicional para hacer frente a los retos que aparecen, sobre todo a partir de las importantes transformaciones transversales a las que nos enfrentamos.

Se evidencian cambios geopolíticos de relevancia. El nacionalismo y el regionalismo económico nos parecen llevar a un mayor nivel de confrontación mundial.

Se evidencia, por otra parte, una desaceleración de la globalización (slowbalisation) que impacta en los flujos comerciales. La pandemia COVID- 19, la guerra en ucrania y las tensiones entre China y Estados Unidos, han llevado a algunos países y empresas a repensar sus estrategias mundiales.

El tema, por supuestos, es complejo y de múltiples derivaciones. Por lo que el mundo debe prestar atención a este fenómeno, pues ello resulta necesario para comprender el impacto de los desafíos actuales de la economía mundial.  La política económica no puede correr el riesgo de sobreestimar la des globalización o subestimar los costos de tal escenario. Resulta imprescindible entender la intensidad de la globalización, para lo cual resulta necesario analizar los datos duro del crecimiento del comercio internacional, en relación con el crecimiento del comercio interno.

También se está viendo un mayor protagonismo del estado en la economía, probablemente como respuesta a la crisis desatada por la pandemia y la guerra. Esta mayor intervención en la economía, trae aparejado una mayor actividad regulatoria y un aumento del proteccionismo. Se verifica un aumento de las intervenciones previas que dificultan el comercio. En lo que interesa a estas latitudes, el Acuerdo UE-Mercosur, aprobado en 2019, parece entrar en tiempos de definición. La UE ha formulado algunas objeciones al Acuerdo aprobado, fundamentalmente ligadas al pacto verde (cuestiones medioambientales/ cuestiones técnicas). Hablamos del cambio climático, la bio-diversidad, la protección de los bosques, los derechos humanos, entre otras cuestiones.

La Presidencia pro-tempore del Mercosur, ejercida por Brasil, ha manifestado su conformidad con la importancia de esta agenda. Sin embargo, ha rechazado las sanciones y penalidades pretendidas para su incumplimiento, pues su implementación podría asemejarse a la imposición de medidas técnicas, que generen distorsiones en el comercio.

Pareciera que existe un compás de espera hasta fin de año para definir si se avanza o se cae el acuerdo. De hecho el presidente del Paraguay (que asumirá la presidencia pro tempore del Mercosur cuando concluya la de Brasil), en una reciente entrevista al Financial Times señaló que si las negociaciones no estaban concluidas para el 9/12 (fecha en la cual Brasil termina su presidencia del bloque), dará por terminadas las negociaciones.

Por otra parte, nos encontramos claramente en presencia del surgimiento de una nueva bipolaridad entre USA/UE por un lado y China por el otro. Anticipado hace más de una década por Joseph Nye en su libro The future of power. Y ciertamente, surgen no pocas dudas en relación a la posición que deberán adoptar los países emergentes, que claramente quieren comerciar con ambas partes.

También se evidencia un aumento del poder de los BRICS, por el aumento en su importancia económica. En este año 2022 este grupo ya tiene una participación del 32% del PBI mundial y un 42% de la población global. Destacándose, como contraparte, un retroceso en cuanto a los datos del G 7 que en el siglo pasado tenía el 51% del PBI mundial y en la actualidad representa el 30%.

En definitiva nos encontramos ante un mundo complejo y desafiante en materia de relaciones internacionales e integración. En este contexto, ciertamente vemos grandes retos y desafíos de cara a la integración económica y el lugar del Mercosur y nuestro país en el mapa mundial.

La pregunta que debemos hacernos es si estamos a la altura de las circunstancias, o dicho de otro modo, si estamos preparados para gestionar la creciente complejidad del mundo.

Dr. Juan Patricio Cotter

Octubre 2.023