¿Aviación comercial, cómo salimos? La fusión Aerolíneas Argentina/Austral – Por Dr. Manuel Alberto Gamboa

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“..Estamos en el peor momento para resolver y negociar, como si estaríamos ingresando en una tormenta severa con Cúmulos Nimbos, a la vista y está todo negro alrededor, justo en ese momento, nos plantan uno de los motores…hay que seguir y aterrizar bien.” según la expresión de un ex – comandante de AR, que tuvo experiencia gremial, continuó diciendo:”…Confío en la capacidad y suerte de la actual dirigencia”

Los empresarios aeronáuticos están en unos de esos momentos, que los hechos y las circunstancias no queridas los llevaron a sufrir daños colaterales, en una situación que es muy difícil de salir. Hoy a 60 días de decretada la cuarentena con el aislamiento social y obligatorio, vemos afectado todos los índices económicos del país.

En los términos de la aviación comercial no puede estar ajena a las circunstancias actuales, todo lo contrario, los técnicos sanitaritas y epidemiólogos tomaron a la aviación como el facto totum inicial del contagio mundial de la pandemia causada por la corona virus.

En materia de servicios y transportes esto tiene un doble problema, porque para frenar, suspender o interrumpir un servicio es sencillo e inmediato. El problema es cómo hacer para que el sistema se reinicie y no causar un caos en términos de seguridad y eficiencia. Desde estas líneas, en entregas anteriores ya advertíamos la necesidad de estudios técnicos para la preparación y posterior recomposición del sistema del medio aéreo.

Lamentablemente lo han politizado o ideologizado. En el sentido, que aquel que quiere recomponer inmediatamente un sistema es un insensible, que lo único que pretende es lucrar, independiente del sufrimiento de la gente. Sin embargo, el que está conforme con la prórroga de la cuarentena en mantenerla es un solidario. Pero en el fondo actúa así porque está soportado por el presupuesto público, teniendo solucionado su economía.

Para no ingresar en esa dicotomía, aumentando la grieta social, describamos solamente cual es el estado de situación en esta actividad: El último de los acontecimientos de esta semana: La definitiva fusión entre Aerolíneas Argentinas con Austral. Esto se complementa con los hechos de la semana pasada que resolvió la ANAC, (Administración Nacional de Aviación Civil) de suspender todos los vuelos de cabotaje e internacional hasta el mes de Septiembre, cuestión que tuvo repercusión inmediata en su contra de los agentes de viajes y de las pocas empresas privadas que subsisten.

Así también, a nivel internacional pronunciándose en contra de la Resolución 143/2020 los organismos internacionales del sector: la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) como por ALTA (Asociación Latino Americana de Transporte Aéreo)

Las autoridades argentinas actuaron a pesar del consejo técnico de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) la cual recomienda que los Estados

Miembros, soliciten sugerencias o directivas de una taksforce creada por el organismo a tal efecto.

Es decir ante un tema complejo, necesitamos de asesoramiento de técnicos que estén día a día en el medio aéreo, sin caer en la tecnocracia, pero ellos saben de las limitaciones como de las virtudes del sistema aéreo y su mejor rendimiento: de la aeronave, de la comercialización, del tráfico y control del tránsito del espacio aéreo, de su planificación y desarrollo. Para romper la inercia y pueden diseñar un inicio al unísono coordinado, sin afectar la seguridad entre todos los medios involucrados.

Pero como si todo esto fuera poco, como decíamos inicialmente, en esta semana nos anoticiamos de un comunicado de la empresa Aerolíneas Argentinas de la decisión de FUSIONAR la unidad operativa comercial de Aerolíneas Argentina (unidad operativa) con la otra unidad operativa y comercial con Cielos de Sur Sociedad Anónima, recordemos que Austral Líneas Aéreas es un nombre de fantasía.

Esta cuestión tiene una larga data. Podemos remontarnos al mismo momento de junio del 90 se conforma el grupo Iberia, con Cielos de Sur y otras sociedades que compraron el Pliego licitatorio para adquirir la empresa.

Ya en ese entonces se asumió los grandes inconvenientes del personal que podría ocurrir juntando, fusionando y absorbiendo las unidades operativas (gerencia de operaciones, mantenimiento, comercialización, etc.) en una sola empresa. Debemos recordar el contexto de esos momentos primaba el liberalismo, la flexibilidad aerocomercial y demás. Estaba de moda, que las grandes empresas tenían una segunda marca como ocurría en la industria. Se demostraba mantener un cierto grado de competitividad y respeto por el gusto del usuario. Se debía a que evidentemente Austral Líneas Aéreas desde sus orígenes tenia un perfil de sus pasajeros, un concepto distinto a los usuarios de Aerolíneas Argentinas Sociedad del Estado desde 1950.

También debemos tener en cuenta, que el personal de Austral, a pesar que había pasado por manos estatales entre los años 1977/84. Mantenía un alto grado de preferencia por la empresa privada, eran poco estatistas. A tal punto que los pilotos se escindieron de APLA, para fundar la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas. Personalmente, puedo recordar, como dato anecdotario de color, en ese momento participaba como miembro de la HCD de asociación gremial, que sorpresivamente la mismísima gerente de personal de Austral llevó las renuncias de los pilotos al gremio. Inaudito!

Después de la privatización ya Aerolíneas Argentinas Sociedad Anónima, con la gente de Cielos del Sur S.A. en el Directorio del grupo y el posicionamiento en distintas gerencias, pasaron los años nunca tuvieron un mandato vocación natural aglutinarse ni conformar sinergias, los empleados no se identificaron como del mismo tronco. A tal extremos que los ingresos que ocurrieron por miles a lo largo del tiempo a las empresas eran independientes, nunca tuvieron la inteligencia de a partir de un cierto momento que se produzca un ingreso a un plantel común o escalafón de piloto. Hoy casi 30 años después, estamos como al principio. Con los miedos y ansiedades que produce toda fusión empresaria, cuestión que es natural que así sea.

La fusión definitiva es una ventaja para el Estado, propietario de las dos empresas, es innegable. Lo lamentable y triste es que lo realicen tres décadas tarde. Con el efecto de la pandemia da lugar a todo este tipo de aventuras.

Se ahorrará en gestión, el comunicado de la empresa así lo asegura, un ahorro de más de cien millones de dólares anuales, cuestión que al principio es relativo por que se deberá disponer de una incalculable suma de dinero en concepto de indemnización, sea de gerentes con 20 a 30 años de antigüedad que se quedarán sin su gerencia, como antiguos empleados jerárquicos y pilotos cercana a la edad jubilatoria (60 años) quienes no aceptaran el re escalofanamiento, otros serán invitados a retirarse. Tengamos presente que el escalafón en el personal aeronáutico es más de características rígidas castrenses, más sagrado que cualquier otra conquista gremial o convenio colectivo.

En cuanto a los derechos de tráfico de la empresa Cielos del Sur S.A. “Austral Líneas Aéreas” son similares a los de Aerolíneas Argentina en el cabotaje, hay actos administrativos firmados oportunamente. En lo internacional vuela en la región a Bolivia, Brasil y Uruguay.

En los equipos, las aeronaves EMBRAER que oportunamente se adquirieron a Brasil, el garante fue el Estado Nacional, por lo tanto la propiedad de los mismos no peligra, más allá que están amortizados en más del setenta por ciento del capital financiado.

Los juicios, que todavía están en danza en la justicia federal por el accidente de Fray Vento de Uruguay 1997, estaría próximo a resolver, liberando a los empresarios de esos momentos, los cuales soportan un injusto proceso judicial “inventado” por la política argentina en los años de la Alianza en los tribunales argentinos, sin resolver por más de 22 años de producido el hecho.

En definitiva, sino fuera por un problema del personal no debería haber mayor inconveniente. Pero se necesitará mucha capacidad de negociación con los mismos, no tan solo con los de la empresa Austral sino también con la empresas Aerolíneas Argentina que se verá afectado el escalafón del personal en el caso que sea una fusión transversal y no lineal.

Es decir por fecha de ingreso, se verían afectados algunos. Si fuera lineal correspondería que Aerolíneas absorba a la empresa menor por lo tanto el escalafón debería ser respetado de igual manera.

No estamos propiciando un conflicto ni creando uno en donde no hay, pero lo visible de la NO FUSIÓN oportuna entre Aerolíneas y Austral, se la indilgaron a los empleados. Sin embargo también los administradores que pasaron dirigiendo el Grupo AR/AU, en distintas etapas, se aprovecharon de ciertas ventajas impositivas y contables comerciales, las que fueron poco transparentes a lo largo de estos 30 años.

 

Conclusión:

Entonces, en estos momentos tenemos dos problemas graves, por lado ¿Cómo empezamos nuevamente a volar en la Argentina? Y el otro problema es, a quien detenta el 70/80 por ciento de la torta de servicios aéreo en el cabotaje y el 30 por

ciento en los vuelos internacionales, les estamos afectando y modificando voluntariamente la esencia misma de su conformación de personal y estructura societaria.

Por eso, algunos ya manifestaron su desagrado y alerta a la falta de oportunidad por la situación actual. Otros la aprueban y favorecen afirmando que es necesario para afrontar los graves problemas de demanda y reacomodación de la industria de viajes.

Por eso la metáfora de mi colega el comandante, es muy oportuna, eso de: “ingresar desacomodado en el vuelo a un ambiente muy inestable de tormentas y justo alguien como variable a la circunstancia, le planta voluntariamente uno de los motores, afectando aún más el peligro sobre el vuelo”.

Pero creo que este gobierno fue elegido oportunamente por esas características, que llevan adelante obligaciones como el ajuste de la economía que otras administraciones o espacios políticos no lo podrían realizar.

Nada más tenemos que recordar que el plan de transformación del Estado en los años 90, se hizo acordando con la oposición y con toda la sociedad acompañando para llevar adelante cambios en la estructura del Estado muy necesarias.

En algunas se mantuvieron y en otras, como en la privatización de ARSE, se devolvieron al Estado, pero con otro contexto económico y social, lo importante que nunca dejamos de tener una empresa que respondiera integralmente como sistema de transporte en nuestro cabotaje y en los vuelos internacionales, con presencia en todos los hemisferios.

Hoy, con estos ajustes, deberíamos tener una empresa más eficiente y ahorrativa, ya que su operatividad está largamente demostrada.

 

Dr. Manuel Alberto Gamboa

 

Wilde, 6 de mayo de 2020